domingo, 29 de enero de 2023

El Papa recibe a la Pastoral de Juventud de la diócesis de Barcelona

  


El Papa ha recibido en Audiencia  a una delegación de la pastoral de Juventud de la Diócesis de Barcelona formada por  dos obispos auxiliares ,  unos 70 presbíteros, tres diáconos permanentes y tres laicos .



“El clero en torno a su Pastor viene a la casa de Pedro para reafirmar su comunión y relanzar su espíritu apostólico”. Este es el sentido del encuentro del Papa Francisco con unos 70 sacerdotes de la Arquidiócesis de Barcelona, que el Santo Padre evidencia en su breve saludo entregado -no pronunciado- a los participantes, al mediodía de este sábado 28 de enero en la Sala Clementina del Palacio Apostólico. En una atmósfera de celebración y alegría, el Obispo de Roma deja claro que “la experiencia de los apóstoles siempre tiene un doble aspecto, personal y comunitario”. Es decir, “van juntos y no podemos separarlos".

“Somos, sí, llamados individualmente, pero siempre para ser parte de un grupo más grande, caminar juntos escuchando antes de hablar, saber colocarnos según convenga, también en medio y atrás, no sólo delante”.

El Pontífice escribe que “Jesús nos llama desde nuestra pobreza, desde nuestra fragilidad, debemos responder a esa llamada con un propósito perenne de conversión”. Esto implica “rechazar el carrerismo, la doble vida, la búsqueda de satisfacciones mundanas, abrazando la cruz, las mediaciones de la Iglesia: sacramentos, vida de oración, ascesis, etc.”, establece el Sucesor de Pedro.

Al mismo tiempo, Bergoglio se refiere a la importancia de “ser capaces de misericordia precisamente porque tocados por la misericordia del Señor, no dando lecciones sino testimoniando una experiencia de intimidad con Dios”.












"Texto íntegro del saludo del Papa

Queridos hermanos, gracias por sus palabras, es para mí un gran gozo acogerles hoy aquí, en  esta atmósfera de alegría y celebración en la que el clero en torno a su Pastor viene a la casa de  Pedro para reafirmar su comunión y relanzar su espíritu apostólico. 

La experiencia de los apóstoles siempre tiene un doble aspecto, personal y comunitario. Van  juntos y no podemos separarlos. Somos, sí, llamados individualmente, pero siempre para ser parte  de un grupo más grande, caminar juntos escuchando antes de hablar, saber colocarnos según  convenga, también en medio y atrás, no sólo delante.  

Jesús nos llama desde nuestra pobreza, desde nuestra fragilidad, debemos responder a esa  llamada con un propósito perenne de conversión. Rechazar el carrerismo, la doble vida, la búsqueda  de satisfacciones mundanas, abrazando la cruz, las mediaciones de la Iglesia: sacramentos, vida de  oración, ascesis, etc. Al mismo tiempo, ser capaces de misericordia precisamente porque tocados  por la misericordia del Señor, no dando lecciones sino testimoniando una experiencia de intimidad  con Dios. 

Buscar la fraternidad en todos los ambientes sociales, aprender y enseñar a acoger a todos, a  trabajar con todos, a buscar soluciones de consenso que tengan un amplio respiro. No enrocarnos  nunca, ni en el grupo cristiano al que pertenecemos, ni en la responsabilidad que se nos confió, vivir  con un espíritu libre, en sana indiferencia.


Que el Señor los bendiga y la Virgen Santa les cuide, y no se olviden de rezar por mí."


La noticia en la prensa

Transcripción (aproximada)  de las palabras del Papa Francisco (Vía Esglesia Jove)

Vatican News

Esglesia Jove de Barcelona

Fotos (Vatican Media)

La Vanguardia

Cope

Vida Nueva Digital


viernes, 13 de enero de 2023

Animacio Biblica Sant Feliu

 FITXA D'ANIMACIÓ BÍBLICA - Gener 2023

Secretariat d'Animació Bíblica de la Pastoral
Evangeli del Diumenge II durant l'Any (cicle A)
Jn 1, 29-34
https://bisbatsantfeliu.cat/.../2023/01/fitxa-2023-gener.pdf
Pila Bautismal Siglo XIII (Palencia)

martes, 3 de enero de 2023

Despedida a Benedicto XVI ¡ - Misa Exequial / Testamento espiritual

5 enero: Santo Rosario y Misa Exequial por Benedicto XVI





3 Enero:  135.000 personas ya han presentado sus respetos a Benedicto XVI


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2 enero   Traslado de los restos mortales hasta el Vaticano

 


Artículos sobre Benedicto XVI:

















 Testamento espiritual de Benedicto XVI 





Si en esta hora tardía de mi vida miro hacia atrás, hacia las décadas que he vivido, veo en primer lugar cuántas razones tengo para dar gracias. 

Ante todo, doy gracias a Dios mismo, dador de todo bien, que me ha dado la vida y me ha guiado en diversos momentos de confusión; siempre me ha levantado cuando empezaba a resbalar y siempre me ha devuelto la luz de su semblante. 

En retrospectiva, veo y comprendo que incluso los tramos oscuros y agotadores de este camino fueron para mi salvación y que fue en ellos donde Él me guió bien. 

 Doy las gracias a mis padres, que me dieron la vida en una época difícil y que, a costa de grandes sacrificios, con su amor prepararon para mí un magnífico hogar que, como una luz clara, ilumina todos mis días hasta el día de hoy.

 La clara fe de mi padre nos enseñó a nosotros los hijos a creer, y como señal siempre se ha mantenido firme en medio de todos mis logros científicos; la profunda devoción y la gran bondad de mi madre son un legado que nunca podré agradecerle lo suficiente. 

Mi hermana me ha asistido durante décadas desinteresadamente y con afectuoso cuidado; mi hermano, con la claridad de su juicio, su vigorosa resolución y la serenidad de su corazón, me ha allanado siempre el camino; sin su constante precederme y acompañarme, no habría podido encontrar la senda correcta.

 De corazón doy gracias a Dios por los muchos amigos, hombres y mujeres, que siempre ha puesto a mi lado; por los colaboradores en todas las etapas de mi camino; por los profesores y alumnos que me ha dado.

 Con gratitud los encomiendo todos a Su bondad. Y quiero dar gracias al Señor por mi hermosa patria en los Prealpes bávaros, en la que siempre he visto brillar el esplendor del Creador mismo. 

Doy las gracias al pueblo de mi patria porque en él he experimentado una y otra vez la belleza de la fe. Rezo para que nuestra tierra siga siendo una tierra de fe y les ruego, queridos compatriotas: no se dejen apartar de la fe. 

Y, por último, doy gracias a Dios por toda la belleza que he podido experimentar en todas las etapas de mi viaje, pero especialmente en Roma y en Italia, que se ha convertido en mi segunda patria.

 A todos aquellos a los que he agraviado de alguna manera, les pido perdón de todo corazón. Lo que antes dije a mis compatriotas, lo digo ahora a todos los que en la Iglesia han sido confiados a mi servicio: ¡Manténganse firmes en la fe! ¡No se dejen confundir!

 A menudo parece como si la ciencia -las ciencias naturales, por un lado, y la investigación histórica (especialmente la exégesis de la Sagrada Escritura), por otro- fuera capaz de ofrecer resultados irrefutables en desacuerdo con la fe católica. 

He vivido las transformaciones de las ciencias naturales desde hace mucho tiempo, y he visto cómo, por el contrario, las aparentes certezas contra la fe se han desvanecido, demostrando no ser ciencia, sino interpretaciones filosóficas que sólo parecen ser competencia de la ciencia.

 Desde hace sesenta años acompaño el camino de la teología, especialmente de las ciencias bíblicas, y con la sucesión de las diferentes generaciones, he visto derrumbarse tesis que parecían inamovibles y resultar meras hipótesis: la generación liberal (Harnack, Jülicher, etc.), la generación existencialista (Bultmann, etc.), la generación marxista.

 He visto y veo cómo de la confusión de hipótesis ha surgido y vuelve a surgir lo razonable de la fe. Jesucristo es verdaderamente el camino, la verdad y la vida, y la Iglesia, con todas sus insuficiencias, es verdaderamente su cuerpo. 

 Por último, pido humildemente: recen por mí, para que el Señor, a pesar de todos mis pecados y defectos, me reciba en la morada eterna. A todos los que me han sido confiados, van mis oraciones de todo corazón, día a día.