jueves, 31 de diciembre de 2020

Vídeo-Lectio del Evangelio de la Solemnidad de Santa María Madre de Dios

 


Vídeo-Lectio del Evangelio de la Solemnidad de Santa María Madre de Dios de nuestro colaborador Hno. Pepe Pedregosa (Madrid) publicada en la página de Facebook del Centro Bíblico San Pablo
 
 

martes, 29 de diciembre de 2020

Testimonio Mn Jordi García

 

Compartimos el testimonio de Jordi García, miembro de la Escuela de Animación Bíblica y nuevo diácono de la Iglesia en Barcelona
 
CAMINO DE FE, ITINERARIO DE SERVICIO
 
Me llamo Jordi García y mi camino de fe, se puede decir que sigue unos rasgos comunes de aquellos que hemos sido rescatados de la cultura del silencio, del arrinconamiento progresivo de todo lo religioso de nuestros días.
En los años precedentes a 1995, tras una gran crisis de sentido y de cuestionamiento de todo lo que me rodeaba, entendí con gozo inmenso, que el Señor se presentaba como la gran respuesta, el sentido de todas mis preguntas.
Aquel año, en el mes de abril, me acerque a la Iglesia buscando un acompañamiento y una profundización en esta llamada que yo sentía como una vocación, pero en el curso aquellos días conocí a la que actualmente es mi mujer y mi inspiración diaria Magda. Empezamos un largo noviazgo de 5 años, tras el cual nos casamos. Hemos tenido dos hijos como fruto de nuestro matrimonio.
El carácter itinerante de mi trabajo en aquellos primeros años de matrimonio hacía imposible ningún tipo de actividad parroquial, y no fue después de bastante tiempo, alrededor de 2013, cuando finalizaron los desplazamientos laborales, al trasladarnos a Barcelona, que tuve alguna posibilidad de tener una colaboración con la Iglesia.
Tengo muy presente la cálida acogida en la parroquia de Sta. María Mitjançera de totes les Gràcies y en la fraternidad de la OFS del convento de Pompeia, de donde conservo grandes amistades y recuerdos.
Es en el contexto de estos días de oración, en los que sentí reforzada mi fe y la vocación al ministerio ordenado, como una gran bendición no merecida. Los últimos pasos de esté camino, ya los conocéis, la candidatura al Diaconado Permanente en 2016, la formación en el ISCREB, los GOA parroquiales, el acompañamiento por la Comisión por el Diaconado Permanente de la Diócesis de Barcelona.
Recientemente también me ha hecho mucha ilusión empezar a colaborar con la Escuela de Animación Bíblica de animación Bíblica preparando con Quique Fernández (coordinador de EAB) las charlas de animación en la parroquia de Maria Mitjançera que se están organizando para inicios del mes de enero.
Finalmente el pasado 13 de diciembre, día de santa Lucía, la ordenación por la imposición de manos del Cardenal Juan José Omella, en la Basílica de Sta. María del Mar de Barcelona. No dejo de dar gracias a Dios por este itinerario, por sus curvas, sus acelerones y sus frenazos.
Tengo la seguridad que el Señor ha hecho, como siempre, lo más sólido y adecuado (Mt 7, 21-29), donde yo seguramente me hubiera equivocado con un trazado más corto.

 
Mn. Jordi García
Diácono de la Archidiócesis de Barcelona
Miembro de la Escuela de Animación Bíblica

domingo, 27 de diciembre de 2020

Lectio Domingo Sagrada Familia (Hno Pepe Pedregosa)

 

Lc 2,22-40

            El texto del evangelio con el que vamos a orar hoy, podemos dividirlo en dos partes: la presentación de Jesús en el Templo y la subida a Jerusalén, cuando Jesús tenía doce años, con motivo de la pascua.

            La primera parte del relato comienza narrándonos la purificación de María y la consagración de Jesús. Ambos acontecimientos fueron llevados a cabo por los padres de Jesús para cumplir la Ley de Moisé. El libro del Levítico ordenaba que a los cuarenta días del alumbramiento, si la criatura era niño, debía de realizarse el rito de purificación en el templo, a los ochenta días si era niña (Lev 12,1-8). Para dicho rito había que ofrecer un cordero, pero a los pobres les estaba permitido ofrecer dos tórtolas o dos pichones; uno de ellos era ofrecido como holocausto y el otro como sacrificio por el pecado.

            Pero además, el libro del Éxodo ordenaba que todo primogénito del Pueblo de Israel debía ser consagrado a Dios (13,2.11-16; 34,20), aunque podía ser rescatado pagando cinco ciclos de plata (Núm 18,15; 1Sam 1,24-28).

            El evangelista Lucas, con la narración de estos dos hechos quiere destacar la fidelidad de los padres de Jesús a la Ley. Y dichos acontecimientos tendrán lugar en Jerusalén, en el Templo de Dios. La Ciudad Santa es el centro neurálgico del plan divino de salvación, aunque haya muchos que quieran impedirlo: allí murió Jesús, allí resucitó, de allí partió la proclamación del evangelio a todos los confines del mundo.

            El relato continúa con el testimonio de Simeón y Ana.

            A él se refiere el evangelista como un hombre justo, piadoso, que esperaba al Mesías y que el Espíritu Santo estaba con él.

            Justo y piadoso significa que era una persona integra sobre todo en el campo religioso. La expresión «que esperaba al Mesías» significa que era un hombre de fe que esperaba la salvación prometida por Dios a Israel mediante los profetas. Y el que el Espíritu Santo estaba con él quiere decir, que según la tradición bíblica, era profeta (cf. Is 11,2).

            Simeón había recibido la revelación de Dios de que no moriría son haber visto al Salvador; por lo que impulsado por el Espíritu, va al Templo y allí toma al niño en sus brazos y bendice a Dios por haberle dado este regalo. Los padres de Jesús están admirados por las palabras de Simeón. A ellos les refiere que Jesús será signo de contradicción, unos le acogerán y otros lo rechazarán. Y a María una espada le atravesará el alma. María participará de la pasión, muerte y resurrección de Jesús por lo que se convertirá en corredentora de la humanidad.

            Por su parte, el testimonio de Ana, sirve para completar la imagen de los profetas, hombres y mujeres que han sido enviados por Dios para ser testigos de la venida del Mesías. Ana estaba totalmente consgrada a Dios, por lo que no se apartaba en ningún momento del Templo, dedicándose al ayuno y la oración. De ella, se nos ofrecen dos notas características: estuvo casada siete años, número que indica la perfección; y al quedar viuda, hasta los ochenta y cuatro años no se apartaba del Templo, que es siete veces doce. También ella esperaba la venida del Mesías.

            De esta manera, se cumplen las prescripciones recogidas en la Ley. Y entonces, la familia de Jesús regresa a Nazaret, en la región de Galilea. Allí, «Jesús crecía y se fortalecía, lleno de sabiduría, y la gracia de Dios estaba con él» (Lc 2,40). Con lo cual se iba desarrollando como ser humano, la sabiduría de la que está lleno no es la sabiduría de los hombres, sino la sabiduría de Dios, pues la gracia, el amor de Dios estaba con él.

Camino – meditación

  • ¿Qué pasaje, versículo, frase o palabra te ha tocado el corazón? ¿Qué sentimiento, emociones, inquietudes… despierta en ti?
  • ¿Qué querrá decirte Dios con ello en este momento concreto de tu vida?
  • ¿Cuál es tu postura ante los testigos del evangelio?
  • También tu has sido llamado para ser testigo de la presencia de Jesús en el mundo, ¿estás  dispuesto, lo mismo que Simeón y Ana?
  • ¿Qué sientes al saber que Jesús era miembro de una familia como cualquier otra persona?
  • ¿Qué puedes hacer para consolidar tus vínculos familiares para que se parezca más a la familia de Nazaret?

 

Vida – Oración

Oración a María por la familia

Ven, María, entra y habita en esta casa que nosotros te ofrecemos y consagramos a ti.

Sé bienvenida: Te recibimos con alegría de hijos. Nos sentimos, pequeños, humildes e indignos, pero tú eres todo bondad y quieres establecer tu morada y la de la Sagrada Familia de Nazaret con y en tus hijos más necesitados.

Te acogemos a Ti, a José y a Jesús para que viváis entre nosotros. Concédenos las gracias que sabes más necesitamos, tanto materiales como espirituales.

Sé instrumento de luz, gozo y santificación en nuestra familia, como lo fuiste en la Familia de Nazaret,

Aumenta en nuestra familia la fe, la esperanza y el amor. Infúndenos el espíritu de oración.

Que la Sagrada Familia esté siempre presente en la nuestra, concédenos el don de la felicidad plena y que todos podamos reunirnos un día contigo en el cielo.



Lecturas del domingo de la Sagrada Familia (Joan Palero)

 

Comentario a las lecturas del Domingo de la Sagrada Familia de nuestro colaborador Joan Palero (Valencia)
Domingo, 27 de diciembre de 2020
La Sagrada Familia: Jesús, María y José - Ciclo B
AÑO DE SAN JOSÉ
Que Dios sea sabiduría y perfección, no quiere decir que todo cuanto creó fue perfecto desde el mismo principio de su existencia. Dios crea, pero después para a mirar y considerar lo creado. Y al pararse a considerar sus obras, vio que todo cuanto había hecho “estaba bien”, a excepción del hombre, quien, a pesar de estar rodeado de todo un mundo diseñado para él y puesto bajo sus pies, se encontraba solo: y vio Dios que no era buena la soledad del hombre.
Yahvé buscó entre las cosas una solución para la soledad del hombre, y no la encontró. No había nada que pudiera solucionarla, hasta que pensó crear a la mujer del mismo hombre, de su misma carne y naturaleza (material y espiritual). Y no solo la creó y se la presentó, sino que la unió a él formando con él una misma alma y cuerpo. Con la creación de la mujer, Dios acababa de crear la FAMILIA. Con ella Dios se vio totalmente satisfecho, ahora, además de que todo estaba bien, pudo afirmar que estaba MUY BIEN.”
Esto me lleva a pensar que, también nosotros debemos de parar a mirar y considerar nuestra vida y cuanto hacemos. A no conformarnos con que las cosas estén bien en apariencia, sino muy bien en realidad y esencia. Para eso es necesario no solo tener a Dios, sino soñar con Él las mejores soluciones para todo: familia, trabajo, parroquia, sociedad, …
Para encontrar a la mujer, primero el hombre tuvo que soñar con ella. (Papa Francisco)
Dios durmió al hombre en un sueño profundo, y en ese sueño, tomando parte del hombre, creó a la mujer. Dios necesita tomar de nuestra parte para crear las mejores circunstancias para nuestra vida y el buen funcionamiento del mundo. También san José antes de recibir a María como esposa, Dios le hizo soñar con Jesús, y supo darle de su parte.
Cuando mejor es una cosa, más cuidados y protección requieren. Con el tiempo, el mejor vino puede picarse, incluso convertirse en el mejor vinagre. Cuantas vidas, familias, ministerios, … deberían ser buen vino, y, sin embargo, se han picado o avinagrado, y lo peor es que nos acostumbramos, nos conformamos y decimos “es lo que hay”. Pero ese no es el proyecto ni el obrar de Dios. Él es el primer inconformado, y nos llama a no conformarnos con la mediocridad de un bien aparente, sino más bien a buscar y ser la mejor solución.
“No os acomodéis al mundo presente, antes bien transformaos mediante la renovación de vuestra mente, de forma que podáis distinguir cuál es la voluntad de Dios: lo bueno, lo agradable, lo perfecto. (Romanos 12, 2)
Llevados solo por lo agradable a los ojos, confundieron el mal con el bien, y en su descuido de mirar lo perfecto, picaron y avinagraron lo mejor: La Familia, y con ella a toda la creación. Pero Dios no se conformó, no quiso ser parte del problema humano, sino que BUSCÓ SER LA MEJOR SOLUCIÓN.
Enamorado e ilusionado con lo mejor que había hecho: LA FAMILIA, creada a su imagen, ha querido solucionarlo todo recreando la familia, para desde ella recrear y hacer nuevas todas las cosas.
LA SAGRADA FAMILIA DE NAZARETH. Con ella inició una nueva etapa, una nueva historia para la humanidad. José y María, o María y José, (porque, tanto monta, monta tanto…) Los dos, María despierta y José dormido, soñaron el sueño de Dios de salvar a la humanidad. Y libres, aceptaron que Dios tomara de ellos la parte con la Él mismo iba a solucionar el problema con la encarnación de su Hijo.
Nazareth es el nuevo Edén donde Dios forma una nueva Familia, que a diferencia de la de Adán, ya no engendrará de sangre ni por deseo o voluntad de la carne, sino por la Palabra y el Espíritu de Dios, que, a través de este nuevo modelo de Familia trae y da a luz un nuevo Hombre: Jesús. (Jn 1, 13). Él será “el primogénito entre muchos hermanos”, pues con su encarnación se identifica totalmente con la humanidad y nos hace FAMILIARES DE DIOS, hijos de Dios (hermanos suyos) y de los hombres. (Ef 2, 19)
Seguimos teniendo dos piernas, dos manos, dos pies y muchas manías, pero la condición y la esencia ha cambiado. Será necesario descubrirla o redescubrirla, vestirse o revestirse de ella, pero es necesario que todos llevemos el nuevo uniforme del que nos habla la segunda lectura: Colosenses 3,12-21
Aunque la ya escuchaste, o la escucharás en la celebración de la Eucaristía, léela también a solas con Dios, hasta que te muestre (más allá de lo bueno que hay en ti) lo que es más excelente. Después hazlo con la familia. Busca la oportunidad de leerla con algún amigo, compañero de trabajo, de la parroquia, de tu calle o comunidad de vecinos, …
Todo y todos necesitamos soluciones, y la mejor (como María y José) es formar parte en la solución de Dios. Dejar a Dios que tome de nuestra parte para pueda seguir engendrando y dando a luz a Jesús, el único capaz de hacer que en nuestras familias y comunidades …, se rompan los fríos del desamor, del egoísmo de que todo gire y sea solo para mí, de todo eso que nos hace sentir solos e infelices, aun en medio de tantas cosas y gentes.
Jesús es la realidad del sueño de Dios para la humanidad. Su madre y sus hermanos son los que oyen la Palabra de Dios y la cumplen, poniendo también de su parte.
Por lo demás, te deseo un: ¡Feliz tiempo de NAVIDAD en FAMILIA!
Joan Palero

viernes, 25 de diciembre de 2020

Video Lectio del evangelio de Navidad

 Vídeo-Lectio del Evangelio del día de Navidad de nuestro colaborador Hno. Pepe Pedregosa (Madrid) publicada en la página de Facebook del Centro Bíblico San Pablo

 

Enlace a la video lectio

 


 

jueves, 24 de diciembre de 2020

Feliz Navidad

FELIZ NAVIDAD!!!
 
"Le envolvió en pañales y le acostó en un pesebre, porque no había sitio para ellos en la posada" (Lc 2, 7)
Jesús, siendo Rey, no nació en un palacio lleno de riquezas porque por muy palacio que sea y por muchas riquezas que contenga, si está “lleno” no hay sitio para Dios.
Que nuestros corazones no estén llenos de avaricia, egoísmo, soberbia, autosuficiencia… hagamos sitio a Jesús.
También hoy, desde nuestros fríos cálculos, decimos que no hay sitio en la posada a tantos “Jesús” que llaman a nues
tras puertas.
Que nuestro corazón no sea posada cerrada sino portal abierto.
 
 
                                                          Feliz Navidad !!!

 

sábado, 19 de diciembre de 2020

Comentario a las lecturas del Domingo IV de Adviento (Ciclo B) de nuestro colaborador Joan Palero (Valencia)

 


Comentario a las lecturas del Domingo IV de Adviento (Ciclo B) de nuestro colaborador Joan Palero (Valencia)
Domingo, 20 de diciembre de 2020
4º de Adviento
AÑO DE SAN JOSÉ
Lecturas bíblicas:
2 Samuel 7,1-5.8b-12.14a.16. - Salmo 88,2-3.4-5.27.29. - Romanos 16,25-27.
Evangelio: San Lucas 1,26-38 «… hágase en mí según tu palabra.»
Ante la buena voluntad del rey David, al querer construir una Casa digna para la presencia del Señor entre su Pueblo, la respuesta del profeta Natán también fue una respuesta llena de buena voluntad de su parte:
«Ve y haz cuanto piensas, pues el Señor está contigo.»
Ambos, llevados por buenas intenciones humanas, no consideraron si Dios quería habitar, o no, en esa Casa. Esa misma noche, el profeta escucharía la Palabra del Señor. Palabra que es luz para nuestros pasos, que alumbra y discierne hasta las más profundas de nuestras intenciones, invitando a todos a considerar nuestros caminos.
«… ¿Eres tú quien me va a construir una casa para que habite en ella? ...»
¿Podemos encerrar a Dios dentro de nuestros planos y esquemas? La Palabra de Dios transforma la vida y nuestros planes. (Papa Francisco – 31 oct. 2018)
No era David, no es el ser humano, quien, con sus recursos, ideas y estructuras, ha de decidir construir una Morada para Dios; porque Dios, desde la eternidad, ya ha decidido escoger a las personas para hacer en ellas su Morada. «Si alguno me ama, guardará mi Palabra, y mi Padre le amará, y vendremos a él, y haremos morada en él.» (Jn 14, 23)
Lo que Dios quería de David, es lo que quiere de ti y de mí, que construyamos con Él, no en base a nuestra ingeniería, sino a los planes de amor y misericordia que trazó en Cristo desde antes de todos los siglos. No se trata de lo mucho o poco que podamos hacer, sino de lo que Dios hizo y hace en nosotros, y que podemos ver en su Palabra: «Yo te saqué de los apriscos, … Yo estaré contigo … (Yo, el Señor) Daré un puesto a Israel, mi pueblo, lo plantaré para que viva en él …Y, cuando tus días se hayan cumplido y te acuestes con tus padres, afirmaré después de ti la descendencia que saldrá de tus entrañas, … Tu casa y tu reino durarán por siempre en mí presencia; ...»
El Espíritu hizo entender a David las Palabras que Yahveh puso en boca de Natán, y que después escribió en el Salmo 88, el que cantamos este domingo: «Tu misericordia es un edificio eterno, más que el cielo has afianzado tu fidelidad.»
El evangelio de este domingo, antes de Navidad, es indicio de que Dios siempre cumple lo que dice: «No temas, María, porque has encontrado gracia ante Dios. Concebirás en tu vientre y darás a luz un hijo, y le pondrás por nombre Jesús. Será grande, se llamará Hijo del Altísimo, el Señor Dios le dará el trono de David, su padre, reinará sobre LA CASA de Jacob para siempre, y su reino no tendrá fin.»
Cristo Jesús es la revelación del misterio mantenido en secreto durante siglos eternos y manifestado ahora en los escritos proféticos, dado a conocer por decreto de Dios, para traer a todas las naciones a la esperanza de una fe viva, despierta, ESPERANZADA. Una fe en Dios que no solo nos salvará en un futuro, sino que ya ha empezado a salvarnos si en verdad nos saca de nuestros apriscos, de ir tras las ovejas de nuestros intereses. Una fe que nos salva de nuestros errores y culpas, pero que no nos libra de nuestras responsabilidades. Una fe que nos hace rezar: Venga a nosotros tu Reino, que nos hace ser Casa, morada de Dios y Cuerpo de Cristo, al decir: “Hágase en mí según tu palabra.” “Hágase tu voluntad, como en el Cielo, también en la tierra."
Hay Esperanza, esperemos en el Señor, Él nos libra de todo mal.
Belén-Efrata es “Casa del Pan”, tierra fértil, allí se vio y vemos la fidelidad divina, no hay razón para mirar y ver solo las ruinas de los muros de nuestras lamentaciones.
Tus sacerdotes se vistan de fiesta, griten de alegría tus amigos. … Yahvé ha jurado a David verdad que no retractará: “Un fruto de tu seno sentaré en tu trono.” (Sal 123)
¡Ven, Señor Jesús! Siéntate en mi trono, en el pesebre de mi corazón. Cambia mis planes y mi realidad.
Joan Palero

“Preparad el camino”. Lectio Divina del evangelio del IV Domingo de Adviento – Ciclo B

 


VERDAD – LECTURA

Evangelio: Lc 1,26-38

Estamos ya en el último domingo de Adviento.  El nacimiento es inminente. Ese nacimiento que ya había anunciado el profeta Isaías: «Mirad: la Virgen concebirá y dará a luz un hijo y le pondrá por nombre Emmanuel que significa “Dios-con-nosotros”» (Is 7,14), porque las promesas del Antiguo Testamento, se cumplen en el nuevo: «El ángel Gabriel fue enviado por Dios a una ciudad de Galilea llamada Nazaret, a una virgen desposada con un hombre llamado José, de la casa de David; el nombre de la Virgen era María».

Es importante, para el evangelista Lucas, contarnos que el Mesías es un hombre como nosotros: tiene  un padre, José, y una madre, María; pero también es divino, por eso, el mismo ángel Gabriel, es enviado por Dios y saluda a María, la virgen que anunciaba el profeta Isaías, con estas palabras: «Alégrate, llena de gracia, el Señor está contigo».

Saludar así a María es reconocerla bendecida por Dios entre todas las mujeres pero ella, una joven sencilla, de Nazaret, no entendía a qué venía aquella visita y«se turbó grandemente», se alteró, estaba confundida, aturdida y«se preguntaba qué saludo era aquel». A fin de cuentas, es lo más natural, porque no todos los días el ángel Gabriel visitaba a las jóvenes de Nazaret y la tuvo que serenar diciendo:«No temas, María, porque has encontrado gracia ante Dios». Encontrar «gracia ante Dios» es algo así como decirle: “El Señor te ha elegido”, se ha fijado en ti porque quiere poner en ti su morada. De ahí que el anuncio que le hace el ángel a la Virgen sea: «Concebirás en tu vientre y darás a luz un hijo». Esa será la primera morada que conozca el Hijo: el seno de su madre.

Y si bien, todos los padres eligen para su hijo el nombre que quieren, Dios ya ha pensado en el nombre: «le pondrás por nombre Jesús» porque «será grande, se llamará Hijo del Altísimo y el Señor Dios, le dará el trono de David, su padre». Porque José, es hijo de David, de su estirpe, esa estirpe que san Lucas remonta hasta Adán. Es el anuncio de que Jesús será hombre y Dios. He ahí el misterio. «Reinará sobre la casa de Jacob para siempre, y su reino no tendrá fin». María no entiende cómo es posible. Por eso pregunta: «¿Cómo será eso, pues no conozco varón?». Resulta imposible, para ella, pensar que será madre si no vive aún con José.

La respuesta del ángel fue: «El Espíritu Santo vendrá sobre ti, y la fuerza del Altísimo te cubrirá con su sombra; por eso el Santo que va a nacer será llamado Hijo de Dios».  Así le explica Gabriel que el hijo que concebirá será Santo, Grande, Hijo de Dios; porque no es fruto del amor humano, sino del amor divino.

Es difícil entender para una joven nazarena y no sólo entender, también le es difícil creer, como nos resultaría difícil a nosotros en su circunstancia, a los trece o quince años. De ahí que el ángel le tenga que dar una “prueba”: «tu pariente Isabel ha concebido en su vejez, y ya está de seis meses la que llamaban estéril, porque para Dios nada hay imposible».

Ante la evidencia, María comprende que es la elegida de Dios, por eso, después de resistirse y presentarle al ángel sus dudas ha de responder: «He aquí la esclava del Señor; hágase en mí según tu palabra». María se ha sentido escogida y ante tal elección se siente indigna. Pero el ángel, ya ha recibido su respuesta, la que Dios quería que ella diera. Por lo tanto, se acabó su misión de ser mediador entre Dios y la Virgen. Ahora es el momento de hacer lo que debe hacer y se retira.

CAMINO – MEDITACIÓN

  • ¿Qué pasaje, versículo, frase o palabra te ha tocado el corazón?
  • ¿Qué pasaría por la mente y el corazón de María en ese momento?
  • ¿Qué pensaría el ángel cuando ve dudar a María?
  • ¿Qué pensarías si siendo sólo una joven de unos trece años recibieras una visita así?
  • ¿Qué sentirías si Dios te envía, a ti, a comunicar una noticia de este tipo?
  • ¿Has recibido alguna noticia de parte de Dios?
  • ¿Cómo has reaccionado?
Foto de David Bartus en Pexels

VIDA – ORACIÓN

Gracias, Señor, por elegir a María para ser tu madre. Gracias por querer hacerte hombre como nosotros. Gracias por llenarla de gracia, porque así nos demuestras que tu voluntad, desde los orígenes, es que los hombres estemos en gracia, que estemos llenos de Ti. Qué como María, también nosotros sepamos recibir a tus mensajeros, a quienes nos traen el mensaje de amor que tienes para cada uno de nosotros. Así sea.  

“Te daré una casa”. Lectio Divina de la 1ª lectura del domingo III de Adviento (Ciclo B)

 



VERDAD – LECTURA

2Samuel 7,1-5.8b-12.14a,16

Cuando David se estableció en su palacio y el Señor le dio descanso librándolo de todos sus enemigos de alrededor, dijo al profeta Natán: “Mira yo estoy viviendo en una casa de cedro, mientras que el arca del Señor esta bajo una tienda”. Y Natán dijo al rey: “Haz lo que piensas, porque le Señor está contigo”. Pero aquella misma noche el Señor dijo a Natán: “Vete y di a mi siervo David: ¿Tú me vas a construir una casa para que habite en ella?

Yo te saqué del aprisco, de detrás de las ovejas, para que fueras jefe de mi pueblo. Israel. He estado contigo en todas tus empresas, he exterminado delante de ti a todos tus enemigos; haré que tu nombre sea como el de los grandes de la tierra. Asignaré un territorio a mi pueblo Israel y en él lo plantaré para que habite en él y no vuelva a ser perturbado, ni los malvados continúen oprimiéndolo como antes, en el tiempo en que yo constituí a los jueces sobre mi pueblo Israel; yo le daré paz librándolo de todos sus enemigos.

Te hago saber, además, que te daré una dinastía; pues cuando llegues al término de tus días y descanses con tus padres, haré surgir un descendiente tuyo, que saldrá de tus entrañas, y lo confirmaré en el reino. Yo seré para él un padre y él será para mí un hijo. Si hace mal, yo lo castigaré con varas de hombre y con castigos corrientes entre los hombres. Pero no le retiraré mi favor, como se lo retiré a Saúl, a quien rechacé de mi presencia. Tu casa y tu reino subsistirán por siempre ante mí, y tu trono se afirmará para siempre.

En el pasaje de la primera lectura, que hoy nos ofrece la liturgia de este cuarto domingo de adviento, nos encontramos con un rey David que está totalmente asentado en su trono, que ha vencido a los filisteos, que ha sido ungido como rey de Judá e Israel y que ha trasladado la capital de su reino a Jerusalén. Podríamos decir que es un momento de máximo esplendor para Israel y para su rey.

David, lejos de dormirse en los laureles, recuerda que ha sido Dios quien le ha acompañado a él y a su pueblo para conseguir la estabilidad.

Sumergidos en este ambiente creo que existe un hilo conductor en este fragmento del segundo libro de Samuel. Dicho hilo conductor es la palabra casa, que aparece repetida varias veces.

David vive en una casa de cedro, mientras que el arca del Señor está bajo una tienda (casa de tela) y, por tanto, David quiere construir una casa a Yahveh; sin embargo, será Dios quien de una casa a Israel (territorio) y quien conceda una casa a David (dinastía).

David tiene un deseo profundo, un anhelo intenso, una aspiración en su corazón que va más allá de él mismo: construirle a Dios, lo que él considera una digna morada.

Sin embargo, Dios tiene otro proyecto, otro plan para David. Será precisamente Yahveh quien construirá una casa a David: una estirpe, un linaje, una dinastía. Dios le otorgará a David una descendencia y le concederá estabilidad.

Pero la generosidad de Dios no se queda únicamente ahí. Si no que también a su Pueblo Israel hace la promesa de la salvación y la estabilidad definitiva: “Asignaré un territorio a mi pueblo Israel y en él lo plantaré para que habite en él y no vuelva a ser perturbado.”

También, a su Iglesia, por medio de Jesucristo, Dios Padre ha regalado la salvación y estabilidad absoluta y por siempre, no nos olvidemos nunca de darle gracias por ello.

 

VERDAD – LECTURA

2Samuel 7,1-5.8b-12.14a,16

Cuando David se estableció en su palacio y el Señor le dio descanso librándolo de todos sus enemigos de alrededor, dijo al profeta Natán: “Mira yo estoy viviendo en una casa de cedro, mientras que el arca del Señor esta bajo una tienda”. Y Natán dijo al rey: “Haz lo que piensas, porque le Señor está contigo”. Pero aquella misma noche el Señor dijo a Natán: “Vete y di a mi siervo David: ¿Tú me vas a construir una casa para que habite en ella?

Yo te saqué del aprisco, de detrás de las ovejas, para que fueras jefe de mi pueblo. Israel. He estado contigo en todas tus empresas, he exterminado delante de ti a todos tus enemigos; haré que tu nombre sea como el de los grandes de la tierra. Asignaré un territorio a mi pueblo Israel y en él lo plantaré para que habite en él y no vuelva a ser perturbado, ni los malvados continúen oprimiéndolo como antes, en el tiempo en que yo constituí a los jueces sobre mi pueblo Israel; yo le daré paz librándolo de todos sus enemigos.

Te hago saber, además, que te daré una dinastía; pues cuando llegues al término de tus días y descanses con tus padres, haré surgir un descendiente tuyo, que saldrá de tus entrañas, y lo confirmaré en el reino. Yo seré para él un padre y él será para mí un hijo. Si hace mal, yo lo castigaré con varas de hombre y con castigos corrientes entre los hombres. Pero no le retiraré mi favor, como se lo retiré a Saúl, a quien rechacé de mi presencia. Tu casa y tu reino subsistirán por siempre ante mí, y tu trono se afirmará para siempre.

En el pasaje de la primera lectura, que hoy nos ofrece la liturgia de este cuarto domingo de adviento, nos encontramos con un rey David que está totalmente asentado en su trono, que ha vencido a los filisteos, que ha sido ungido como rey de Judá e Israel y que ha trasladado la capital de su reino a Jerusalén. Podríamos decir que es un momento de máximo esplendor para Israel y para su rey.

David, lejos de dormirse en los laureles, recuerda que ha sido Dios quien le ha acompañado a él y a su pueblo para conseguir la estabilidad.

Sumergidos en este ambiente creo que existe un hilo conductor en este fragmento del segundo libro de Samuel. Dicho hilo conductor es la palabra casa, que aparece repetida varias veces.

David vive en una casa de cedro, mientras que el arca del Señor está bajo una tienda (casa de tela) y, por tanto, David quiere construir una casa a Yahveh; sin embargo, será Dios quien de una casa a Israel (territorio) y quien conceda una casa a David (dinastía).

David tiene un deseo profundo, un anhelo intenso, una aspiración en su corazón que va más allá de él mismo: construirle a Dios, lo que él considera una digna morada.

Sin embargo, Dios tiene otro proyecto, otro plan para David. Será precisamente Yahveh quien construirá una casa a David: una estirpe, un linaje, una dinastía. Dios le otorgará a David una descendencia y le concederá estabilidad.

Pero la generosidad de Dios no se queda únicamente ahí. Si no que también a su Pueblo Israel hace la promesa de la salvación y la estabilidad definitiva: “Asignaré un territorio a mi pueblo Israel y en él lo plantaré para que habite en él y no vuelva a ser perturbado.”

También, a su Iglesia, por medio de Jesucristo, Dios Padre ha regalado la salvación y estabilidad absoluta y por siempre, no nos olvidemos nunca de darle gracias por ello.

 

jueves, 17 de diciembre de 2020

Beato Von Galen, defensor de la vida


 Después de la aprobación de la Ley de Eutanasia en España, quisiera tener un recuerdo para la figura del Beato Clemens August Von Galen, el que fuera durante la guerra arzobispo de Munster y que se dignificó especialmente por su apasionada defensa del derecho a la vida de todos los seres humanos. Se ganó el título de "El león de Munster" y su condición de modelo ejemplar de conducta cristiana

Desde el primer momento criticó desde su púlpito al nacionalsocialismo cuestionando la falta de libertad que ya en 1934 se apreciaba en el régimen como en su sermón de principios de 1936 en el que clamaba contra la discriminación a los cristianos y al hecho de que muchos de ellos eran muertos a causa de su fe

Pese a las innumerables amenazas del régimen para acabar con él,y que él estaba convencido que su vida acabaría en el martirio nunca quiso abandonar a sus feligreses

Cuando en octubre de 1939 el régimen inició la campaña de exterminio de  las que calificó como "vidas indignas de ser vividas" (Lebensunwertes Leben) redobla su oposición a estas actividades pese a que estas acciones de eutanasia se realizaban con un cierto nivel de discreción, hasta que en 1941 ya eran de dominio público en toda Alemania

En julio de 1941, en uno de sus sermones en la catedral de Munster, ante el estupor de la jerarquía nazi afirmó


 La carta pastoral de los obispos alemanes, leída el 6 de julio de este año en todas las iglesias católicas de Alemania, menciona entre otros conceptos: "para la doctrina moral de la Iglesia Católica, hay una serie de mandamientos positivos que dejan de tener vigencia en caso de que su cumplimiento entrañara dificultades demasiado grandes. Pero a la vez, hay obligaciones sagradas de las que nadie puede liberarnos porque debemos respetarlas aunque nos cuesten la vida misma: nunca, bajo ninguna circunstancia, a no ser en estado de guerra o de legítima defensa, ningún hombre tiene derecho a matar a un inocente".

Ya el 6 de julio tuve razones para agregar el siguiente comentario a la pastoral de los obispos: desde hace meses estamos recibiendo informes acerca de traslados forzosos dispuestos por órdenes de Berlín, que conciernen a enfermos psiquiátricos internados en instituciones y sanatorios cuya enfermedad data de años atrás y que acaso parezcan incurables. Poco tiempo después, los parientes reciben la notificación de que el cadáver fue cremado y que pueden recibir sus cenizas. Es general la sospecha, cercana a la certeza, de que tantos decesos imprevistos de enfermos mentales no ocurren naturalmente, sino que son el resultado de una deliberada decisión, resultado de adscribir a la doctrina que afirma que habría derecho a eliminar la "vida no digna de ser vivida", es decir matar a personas inocentes, cuando se considere que su vida carece de valor para el pueblo y el Estado. Una doctrina atroz que pretende justificar el asesinato de los inocentes y legitimar el homicidio violento de todos aquellos que ya no pueden trabajar, sean inválidos, mutilados, enfermos incurables o ancianos débiles. Como he sabido de fuente confiable, también en la provincia de Westfalia los sanatorios e institutos psiquiátricos están preparando listados con los nombres de internos que habrán de ser trasladados como "integrantes improductivos del pueblo alemán" y poco después, privados de su vida. Esta semana ha partido el primer traslado desde el sanatorio de Marienthal, en Münster.


En uno de sus sermones, el 3 de agosto de 1941, afirma ante la eutanasia de las "vidas indignas de ser vividas":

"Esto es asesinato, y es  ilícito tanto para la Ley divina como para la alemana, un rechazo atípico de las leyes de Dios. Informó que había enviado esa información al fiscal del estado.

“Ellos son personas, nuestros hermanos y hermanas, tal vez su vida no sea productiva, pero la productividad no es una justificación para matar.” Si así lo fuera, todo el mundo temería inclusive acudir al doctor. El tejido social se vería afectado. Un régimen que puede salirse con la suya rompiendo el quinto mandamiento, puede destruir asimismo los otros mandamientos.

Sus sermones en defensa de la vida circularon por toda Europa. Incluso se sabe que llegaron a manos de un joven Karol Wojtyla

La oposición creciente a este programa de eutanasia llevó a los nazis a suspenderlo en agosto de 1941, y se cree que una de las causas fue el temor que causaban los sermones de Mn Galen y de como podían afectar a la opinión pública

Sorprendentemente sobrevivió a la guerra  pero no a una peritonitis que acabó con su vida, ejemplar en defensa del derecho de todas las vidas a ser preservadas, el papa alemán, Benedicto XVI lo beatificó en 2006

El Vaticano lo define así

De su oración profunda sacaba fuerza para su inquebrantable resistencia a la injusticia e inhumanidad de los poderosos nacionalsocialistas y para su acción pastoral. Muchas veces, al alba, peregrinaba al santuario de la Virgen en Telgte para suplicar la protección de la Madre de Dios. Sigue siendo también hoy modelo para afrontar la "dictadura" de la moda o de la opinión pública, y enseña que se debe sacar la fuerza para ello de la fe personal y de una religiosidad auténtica.

 

Sin ánimo de establecer comparaciones con acciones de otros gobernantes, sean del tiempo que sean, creo que tenemos un deber moral inalienable y es el de no olvidar, como nos mostró el Cardenal Von Galen, que toda vida es inviolable. Toda vida es sagrada. Digan lo que digan los políticos del signo que sean.

Me estremece que esta obviedad moral que lo era para muchos, como el Cardenal Von Galen en la generación de nuestros padres ahora pueda desaparecer discretamente, bajo el disfraz del "derecho a morir"

Que nunca olvidemos ni aceptemos con indiferencia una realidad por la que el Cardenal Von Galen arriesgó durante años su vida: 

Un régimen que puede salirse con la suya rompiendo el quinto mandamiento puede acabar vulnerando todos los demás

Y ante ello el silencio no puede ser una opción

Que el beato Von Galen nos ilumine en estos momentos


miércoles, 16 de diciembre de 2020

Ley de eutanasia

Hoy miércoles,  tenemos un motivo importante, una razón grave, para aparcar por un día nuestro programa desarrollado en la página de la Escuela,  http://www.eabiblia.org
 
Se trata de la anunciada nueva ley de eutanasia. No, por favor, que nadie piense que se trata de una cuestión política. Desde esta página que nadie espere que tomemos nunca partido por una u otra ideología. No es este el caso.
 
No se trata pues de estar en contra de nada ni de nadie, sino más bien al contrario, lo que pretendemos es decir un "sí" enorme, solidario, positivo, a la vida. Y, para que no haya ninguna duda, en favor de toda la vida, de todas las vidas.
 
Vaya pues por delante que defendemos la vida de todos sin excepción: la vida del no nacido, del que sabemos que desde su concepción ya es una vida; la vida de todos los que padecen el hambre o la guerra, por nuestra fe creemos que tienen derecho a la misma dignidad y felicidad que nosotros; la vida del condenado a muerte, ya que consideramos igual de aborrecible la pena de muerte...
 
Una vez aclarado que lo nuestro no es ideología, deseamos sumarnos a la jornada de ayuno y oración que la Iglesia promueve este miércoles 16 en favor de la vida, de toda la vida, de todas las vidas.
 
Que nadie espere de nosotros palabras gruesas o insultos. Nosotros, como nuestra Iglesia, vamos a seguir el estilo de Jesús: nuestra oración y ayuno será tanto por las víctimas como por los que gravemente errados serán causantes activos o pasivos de esas muertes.
 
Como Cristo en la Cruz, tampoco nosotros vamos a desear el mal a esos nuestros hermanos equivocados, sino que vamos a repetir las palabras de Jesús: "Padre, perdónales porque no saben lo que hacen".
 
Y si alguno de los defensores de esa ley nos ve y considera como enemigos, nosotros seguiremos escogiendo el camino cristiano: amar, amar y amar, y después amar más, y seguir amando y no cansarse de amar. Y perdonar, perdonar y perdonar, y después perdonar más, y seguir perdonando y no cansarse de perdonar.
 
Y hoy, unidos a la Iglesia, orar y ayunar por la vida, desde la del aun no nacido hasta la de los ancianos que se acercan al abrazo del Padre. La vida es un don, un regalo, de Dios.
 
Enlace a la Nota de la Conferencia Episcopal Española "La vida es un don, la eutanasia un fracaso":

 

lunes, 14 de diciembre de 2020

Ordenación diaconal Mn Jordi García

Ayer, III Domingo de Adviento, Domingo Gaudete, fue un día de gran gozo para la Escuela de Animación Bíblica (EAB).
 
Un miembro de la EAB, Jordi García, fue ordenado diácono en la Basílica de Santa María del Mar, de manos del Cardenal-Arzobispo de Barcelona, Mons. Juan José Omella.
 
Entre los cinco nuevos diáconos, además de Mn Jordi García, también fue ordenado Mn Santiago Aragonés que en varias ocasiones ha colaborado con actividades de EAB.
 
Cabe reseñar, también gozosamente, que en la EAB participan como miembros otros candidatos al diáconado: Pere Manonellas y Xavier Robles (de la diócesis de Barcelona), Paco González Ranchal (diócesis de Sant Feliu) y Luis Muntanyola (diócesis de Terrassa).
 
Sin duda, el servicio a la Palabra de Dios está especialmente presente en la vocación y ministerio diaconal. Recordemos como el Libro de los Hechos de los Apóstoles nos presenta a los diáconos Esteban y Felipe predicando la Palabra.
 
Muchas felicidades Mn Jordi García!!!
 
 


domingo, 13 de diciembre de 2020

Lectura Dominical III Domingo Adviento


 Comentario a las lecturas del III Domingo de Adviento (Ciclo B) de nuestro colaborador Joan Palero (Valencia)


Domingo, 13 de diciembre de 2020

3º de Adviento - GAUDETE (Ciclo B) 

-AÑO DE SAN JOSÉ-


Con Jesucristo siempre nace y renace la alegría. Una alegría que se renueva y se comunica. Evangelli Gaudium I

Llegamos al tercer domingo del adviento, el domingo del GOZO Y LA ALEGRÍA en la esperanza. Una esperanza que, aunque va gestándose en nuestro interior, va creciendo y tomando cuerpo, haciéndose cada día más difícil disimularla. Y es que la alegría no se puede esconder, ella misma traspasa todo nuestro ser, anuncia que estamos alegres, no solo con la sonrisa y el brillo del rostro, sino también en nuestros movimientos, sentimientos y relaciones con los demás. 

El salmo de este domingo no está tomado del libro de los Salmos, sino del evangelio de san Lucas, concretamente del Magníficat.  Es el canto de una adoración gozosa y alegre que surge de los labios, del alma y el espíritu de María.  Todo el anuncio que le ha traído el ángel está encabezado por la alegría: “Alégrate, llena de gracia, el Señor está contigo.” Y termina con una nueva alegría: Mira, también Isabel, tu pariente, ha concebido un hijo en su vejez y este es ya el sexto mes de la que se decía que era estéril, porque no hay nada imposible para Dios.'


María no puede esconder su alegría en Dios, la traspasa, la moviliza y pone en camino hacia el encuentro de su pariente Isabel, en el que, a pesar de las penurias del viaje, experimentarán el clímax de la más grande y doble alegría: La de decir sí a Dios, querer gestar y dejar que Jesús sea formado en mí, y la de salir al encuentro del otro, a quien Dios también ama y del que no se ha olvidado, sino que también ha querido hacerlo partícipe en su historia de salvación. 


El evangelio de Lucas es el que mejor expresa la alegría y el gozo de los que esperan y viven en y por el Salvador. Empieza con el gozo de Zacarías ante el anuncio de algo imposible a los ojos humanos, el nacimiento de su hijo Juan: “No temas, Zacarías, porque tu petición ha sido escuchada; Isabel, tu mujer, te dará un hijo, a quien pondrás por nombre Juan;

será para ti gozo y alegría y muchos se gozarán en su nacimiento, (Lc 1, 13-14). Y termina con el gozo de los discípulos volviendo a Jerusalén, tras la ascensión: “Ellos, después de postrarse ante él, se volvieron a Jerusalén con gran gozo.” (Lc 24, 52)

En su misericordia, Dios está de nuestra parte, viene a nuestro encuentro y al de toda la humanidad, y esa es nuestra esperanza y fortaleza: No estéis tristes: la alegría de Yahvé es vuestra fortaleza. (Nehemías 8, 10) Es la fuerza que nos impulsa, la de la unción del Espíritu, la que haciéndonos salir de las fortalezas de nuestro confort, nos envía: para dar la buena noticia a los que sufren, para vendar los corazones desgarrados, para proclamar la amnistía a los cautivos, y a los prisioneros la libertad, para proclamar el año de gracia del Señor.

Una alegría compartida es una doble alegría que nos hace Desbordar de gozo con el Señor y alegrarnos con nuestro Dios. 

No es fácil, pero si posible. Las contrariedades de la vida están ahí y nos sacuden, pero ante ellas, María meditaba y guardaba la Palabra en su corazón. Todo parecía salirle al revés, pero nunca perdió la esperanza, ni ante el dolor punzante de las espadas que atravesaron tantas veces su corazón. En su espíritu supo alegrarse en Dios, su Salvador.

De ahí que san Pablo diga a los creyentes de Tesalónica: Estad siempre alegres. Sed constantes en orar. Dad gracias en toda ocasión: ésta es la voluntad de Dios en Cristo Jesús respecto de vosotros. No apaguéis el espíritu, (1 Tes 5,16-24)


Que la voz de nuestra alegría sea quien anuncie a Jesús en tantos desiertos inmensos de tristezas que hay a nuestro derredor. 

Alégrate, está tan cerca que está en ti y en mí.    


Joan Palero

sábado, 12 de diciembre de 2020

“Yo soy la voz” Lectio Divina del evangelio del Domingo III de Adviento “Gaudete” – Ciclo B


VERDAD – LECTURA

Evangelio:  Jn 1,6-8.19-28

            Hoy III Domingo de Adviento la liturgia nos presenta un texto evangélico en dos partes: el primero, la constatación de que Juan el Bautista no era la luz (6-8); el segundo, la misión de Juan (19-28).

            Pero, antes de adentrarnos en el comentario de este evangelio, pongámoslo en contexto. El Evangelio de Juan fue escrito al final del siglo primero. En aquel tiempo, muchos judíos y también los cristianos habían tenido contacto con Juan el Bautista o, probablemente, habían sido bautizados por él. A simple vista el movimiento de Juan y el de Jesús eran bastantes similares. Ambos anunciaban la llegada inminente del Reino y ambos exigían la conversión de los pecadores. Por eso era importante aclarar las cosas.

            En los versículos 6-8, el autor del cuarto evangelio quiere dejarnos claro que el Bautista no es la luz. Únicamente es testigo de la luz. La luz verdadera es Jesús. Juan es el último de los profetas del Antiguo Testamento que abre paso al Nuevo Testamento, a la Buena Noticia.

            El testimonio que Juan estaba dando era tan fuerte que algunos pensaban que él era el Cristo, el Mesías. Sin embargo, Juan es un enviado de Dios, que surge en un momento determinado de la historia, con la misión de dar testimonio de la Luz. Él debe orientar a todos los hombres hacia la Luz.

            Algo que el Bautista tiene claro. Aunque, parece ser que sus contemporáneos no. Los representantes de la institución judías se acercan a Juan para preguntarle: “¿Quién eres tú? (1,19). Parece que éste contaba con una gran fama, por lo que la pregunta es obvia. Su respuesta es clara y contundente: “soy la voz” (1,23). Una voz que únicamente prepara la venida de Jesucristo. De esta manera, declara abiertamente que no es el Mesías. Juan es quien prepara el tiempo nuevo de Jesús.

Juan, además, quiere dejar claro que él no es ni Elías, ni el Profeta. Los judíos pensaban que para la inauguración de los tiempos mesiánicos, Elías debía regresar para restaurar la convivencia humana; el profeta, por su parte, estaba equiparado al Mesías. Y estos dos títulos son rechazados por Juan.

            El bautismo de Juan era precisamente signo de esa preparación. Él bautiza con agua, pero detrás viene quien bautiza con Espíritu Santo.

Juan proclama que con Jesús llegan los tiempos nuevos. Quien viene detrás, ya está aquí, entre nosotros, y en realidad se ha colocado delante.

            El bautismo de Juan representa el paso a través del agua, del mismo modo que en tiempos antiguos el pueblo de Israel pasó a través del Mar Rojo y del Jordán para alcanzar la tierra prometida. Este bautismo pretende inaugurar un tiempo nuevo. El tiempo nuevo de Jesús. Por eso, el bautismo de Juan no es definitivo. No basta con bautizarse con agua, el verdadero bautismo es el de Jesús, Salvador de la humanidad.

            Él ya está presente y Juan no puede usurparle el puesto.

            Todo esto ocurrió en Betania, al otro lado del Jordán, es decir fuera del territorio de Israel. Lugar de encuentro de la nueva comunidad de Jesús, que rompe con todo lo que significan las instituciones judía

“Enviado para dar buenas noticias”. Lectio Divina de la 1ª lectura del domingo III de Adviento “Gaudete” (Ciclo B)


 

VERDAD – LECTURA

Is. 61, 1-2a.10-11

El Espíritu del Señor, Dios, está en mí, porque el Señor me ha ungido. Me ha enviado a llevar la buena noticia a los pobres, a curar los corazones desgarrados, a anunciar la libertad a los cautivos, y a los prisioneros la liberación; a proclamar un año de gracia del Señor. Desbordo de gozo con el Señor, y me alegro con mi Dios: porque me ha puesto los vestidos de la salvación, y me ha envuelto en el manto de la justicia, como un recién casado se coloca la diadema, o una novia se adorna con sus joyas. Pues como la tierra echa sus brotes, como un huerto hace brotar lo sembrado, así el Señor Dios hará germinar la justicia y la alabanza ante todas las naciones.

En este pasaje que hoy acogemos y meditamos, Isaías nos anuncia el fin del destierro, fruto de la conversión del pueblo de Israel. El profeta nos da la buena noticia de la liberación plena, que será definitiva al final de los tiempos, pero que ya podemos comenzar a saborear en nuestros días.

Podemos constatar la fe y confianza sin límites del profeta: “como la tierra echa sus brotes, como un huerto hace brotar lo sembrado, así el Señor Dios hará germinar la justicia y la alabanza ante todas las naciones”.

Para Israel ha concluido el exilio. Dios en su infinita misericordia ha perdonado el alejamiento de su pueblo, ha perdonado su falta de amor y el haber roto la alianza. Dios que parecía guardar silencio, se manifiesta en todo su esplendor.

El profeta no puede ocultar su alegría, su felicidad, pues Yahveh le ha encomendado la misión de anunciar esta buena noticia: curar los corazones desgarrados, anunciar la libertad y proclamar un año de perdón y reconciliación con Dios. Es decir, el profeta es enviado a curar a aquellos que han perdido el sentido de la vida, su razón de vivir, la ilusión, las ganas de continuar adelante. Creo que es un mensaje muy adecuado para nuestra situación actual, porque también el Señor, nos llama a esto a los cristianos en nuestro tiempo. Estamos llamados a llevar la misericordia y el amor de Dios a todas aquellas personas que entren en contacto con nosotros, a los de cerca y a los de lejos. A todos hemos de llevar consuelo, cercanía, apoyo, soporte.

Israel no puede dejar de estallar en júbilo y alabanza, en acción de gracias por la bondad y generosidad de Yahveh al acompañar a su pueblo durante el exilio y al seguir acompañándolo, ahora, en el retorno a su Tierra;  no puede dejar de dar gracias por haberlo liberado.

Desbordemos también nosotros hoy de gozo por todos los beneficios, los regalos, las gracias que cada día Dios nos entrega de manera gratuita y sin esperar nada de nuestra parte.

CAMINO – MEDITACIÓN

  • ¿Qué pasaje, versículo, frase o palabra te ha llamado la atención, te ha tocado el corazón? ¿Qué sentimientos despierta en ti? ¿Qué querrá decirte Dios, aquí y ahora, en este momento con ello?
  • ¿Te sientes invitado a llevar buenas noticias a tu alrededor?
  • ¿De qué manera puedes tú, en tu día a día, curar los corazones desgarrados? ¿Llevar esperanza e ilusión a los que te rodean?
  • ¿Eres consciente de las señales de esperanza, de claridad, de optimismo que se hacen presente a tu alrededor a pesar de las dificultades, de los problemas, de los agobios que puedan aparecer?
  • ¿Das gracias a Dios e invitas a otros a hacerlo, por los beneficios que nos regala cada día?

 

VIDA – ORACIÓN

Salmo 92

Es bueno dar gracias al Señor y cantar a tu nombre, oh Dios altísimo;

publicar tu amor por la mañana y tu lealtad a lo largo de la noche,

con el laúd y con el arpa y al son de la cítara,

porque tú me alegras, Señor, con tus acciones, y ante la obra de tus manos yo grito de alegría.

¡Qué grandes son tus obras, Señor; qué insondables tus designios!

Esto no lo entiende el hombre estúpido, y el insensato no comprende nada.

Aunque broten como la hierba los malvados y florezcan los obradores de injusticia, serán destruidos para siempre.

Pero tú, allá en lo alto, eres el Señor eternamente.

Todos tus enemigos serán destruidos, y los obradores de injusticia serán exterminados.

Tú aumentas mi fuerza como la del toro y me unges con aceite nuevo.

Mis ojos observan a los que me espían y mi oído oye a los malvados que se alzan contra mí.

El justo florecerá como palmera, crecerá como cedro del Líbano;

plantado en la casa del Señor, florecerá en los atrios de nuestro Dios.

En la vejez aún llevarán fruto, se mantendrán lozanos y floridos,

proclamando que el Señor es justo, mi roca; en él no hay nada de injusticia.

 

Hno Pepe Pedregosa