Uno de los aspectos más recurrentes y más fijados en el inconsciente colectivo relacionado con la iconografía bíblica es la presencia de los tres personajes que adoraron a Jesús en ocasión de su llegada al mundo, y le ofrecieron oro incienso y mirra. En los pesebres, aparece siempre la imagen aparentemente coincidente en el tiempo del nacimiento de Jesús y de su adoración por los Reyes Magos como si fuesen hechos simultáneos en el tiempo, cuando en realidad el nacimiento aparece exclusivamente en el evangelio de Lucas y la adoración en el de Mateo.
Lucas se refiere a la adoración del Niño por pastores mientras que Mateo (3,1) refiere a la adoración de tres personajes (?) venidos de Oriente con la expresión "magoi apò anatoloon". La traducción de el termino griego Magoi por "Magos" ha cuajado en el pensamiento colectivo, aún siendo equívoca. Así en las cortes orientales los consejeros sacerdotales de alto nivel eran relacionados con el arte de la magia y la astrología (que en ese momento era equivalente a la astronomía). Eso sucedía en las cortes de Babilonia y Persia, a su vez familiarizadas con la mitología específica del pueblo hebreo por el exilio babilónico
Los astrónomos del momento ya conocían fenómenos celestes como el cometa Halley,(Flavio Josefo documentó su llegada en el -12ac) por lo que es sorprendente que tres personajes muy probablemente del mismo punto geográfico atravesasen miles de kilómetros para perseguir una figura astronómica completamente insólita que por su movimiento diario en el perihelio celeste parecía mostrar una dirección, aproximada en la zona de Jerusalén
Hace unos años se descubrió un manuscrito de la dinastía Han por el que astrónomos percibieron lo que pudo ser la explosión de una supernova de finales de marzo a prinicpios de abril de -5 ac lo que nos indicaría una posible explicacion a este viaje de los "magos" para contemplar el destino de este evento celeste, y lo que a su vez implicaría, que esa presencia de los magos no fue un recurso simbólico del evangelista sino algo rigurosamente real
Mateo no nos muestra ninguna señal ni que cuantos "magos" eran ni de su número. La suposición de que eran tres y cuales eran sus nombres tiene un origen iconográfico claro. El moaico de la Iglesia de San Apolinario el nuevo de Rávena en Italia (siglo VI)
Estos "reyes" son posiblemente los que mejor reflejan la realidad de lo que pudo haber ocurrido en la Adoración. Visten ropajes persas o babilónicos, alejados de las vestimentas exageradas de la iconografía habitual de los belenes. Su condición de supuestos reyes sería meramente simbólica y referente a que los poderes de la tierra se postrarían ante el recien nacido. (Salmo 72: "Postrénse ante ël los Reyes y sírvanle todos los pueblos"
En este mosaico aparecen los nombres de los "magos", Baltasar, Melchor y Gaspar, los tres de raza blanca caucásicos. Una de sus primeras descripciones documentales procede del monje Veda el Venerable (673-735) que los describe como Melchor (ofrece oro, símbolo de la realeza), Gaspar (ofrece
incienso) descrito como de tez rosada y Baltasar, (ofrece Mirra, símbolo de su muerte), definido en latin como "fuscus", de tez oscura.
En el Liber Pontificalis de Ravena (845) aparecen estos nombres , que adquieren carta de naturaleza sin que haya constancia real historiográfica de su veracidad
A partir aproximadamente de 1450, con la explosión del renacimiento pictórico, el arte concede una importancia capital a dos motivos ; el nacimiento y la epifania, que permitían representar la piedad popular de una manera sencilla y directa . Pese al hecho de que en la literalidad evangélica el nacimiento y la epifanía no fueron hechos simultáneos sino separados por días, como indica la tradición
A partir de este momento los Medicis se convierten en los grandes avaladores pictóricos de la tradición de los Reyes y bajo su mecenazgo se encargan la mayoría de ellas.
Así, en la Adoración de los Magos, pintada por Sandro Boticelli en 1475 en la galería de los Ufizzi en Florencia, los tres reyes son la imagen de tres Medicis: Baltasar es Pedro el Gotoso , Melchor es Cosme y Gaspar es Juan. Los tres ya habían fallecido pero Boticelli les homenajeó en esta pintura:
Cosme es el personaje que está frente a la Virgen, su hijo Pedro de Medici está a su lado y su hermano Juan es el tercero por la derecha . En la escena aparecen otros miembros de la familia Medici, como por ejemplo Lorenzo o Juliano de Medici que aparecen a la izquierda de la imagen, aunque Juliano podría ser el que aprece con vestimenta roja a la derecha de la imagen
La obsesión retratista de Boticelli le llevó a pintarse a si mismo (jubón amarillo a la derecha)
Vasari, el historiador clásico del arte escribió de esta escena:
“La belleza de las cabezas en esta escena es indescriptible, sus actitudes diferentes, algunos de frente, algunos en perfil, algún en tres cuartos, algunos se agachados, y de varias otras maneras, mientras que las expresiones de los asistentes, jóvenes y viejos, varían grandemente, exhibiendo la maestría perfecta del artista en su profesión. Sandro luego demuestra claramente la distinción entre los trajes de cada uno de los reyes. Es un trabajo maravilloso en color, diseño y composición."
La familia quedó entusiasmada con este cuadro y realizó multitud de encargos a su autor hasta que marchó en 1481 a Roma
Este cuadro además nos muestra otra particularidad de la iconografía de los "magos" y es que ya se pierde completamente cualquier intención de mostrar una rigurosidad y verosimilitud de lo que debía haber sido este episodio en relación a la iconografía previa, en la que como en el mosaico de Ravena se mostraba un trío de personajes presumiblemente de origen persa, mientras que ahora, sus representaciones coinciden con la fisonomía de personajes reales de la época y sobre todo son blancos:
Esto se muestra por ejemplo en
Todos ellos tienen unas características pictóricas similares, sobre todo temáticas y de distribución de las figuras, con escasos matices entre ellas.
Hasta que llegamos a la gran innovación iconográfica del tema de los Magos:
Con el cambio de siglo se produce una innovación especialmente singular en este tema, y es convertir al "rey " Baltasar en negro
Los tres magos son, como marca la tradición pictórica hasta ese momento: Melchor, que parece llevar la voz cantante ya que es el mas viejo de los tres, Gaspar, con melena pelirroja (la iconografía ya actual de este "mago"), y que es la representación del propio Durero y la gran innovación, un tercer mago, que sería Baltaaar, genuinamente e insólitamente negro
No está del todo clara la justificación de esta innovación, pero probablemente se deba a las necesidades ecuménicas de la iglesia del momento que forzaron el simbolismo de que las tres autoridades del poder terrenal , las tres razas que se conocían en el momento, Melchor representando a los europeos caucásicos -en posición preminente- , Gaspar, representando a los pueblos asiáticos y Baltasar a los negros, lo que simultáneamente mostraba el simbolismo de que los poderes terrenales se postraban ante el recien nacido y a la vez éstos representaban a los tres hijos de Noé, Sem, Cam y Jafet
Ya no hubo más movimento iconográfico en este tema, que quedó fijado ya para siempre a partir de la simbología de Durero -y de todos los autores que vinieron detrás-
Un aspecto final curioso de su tradición es la que muestran algunos evangelios apócrifos, que sostienen que los magos después de encontrar a Jesús, peregrinaron juntos por varios puntos del globo, llegando incluso a la India, donde el apóstol Tomás los consagró como obispos (otras versiones quizá menos fantasiosas situan este hecho en tierras medas o persas)
La tradición apunta a que los magos murieron juntos y fueron enterrados juntos (?) siendo encontrado su sarcófago por Santa Elena que los llevó a Constantinopla, aparentemente desapareciendo de la historia. Hacia el año 850 la Iglesia de San Eustorgio de Milán afirmó estar en posesión de las reliquias de los restos de los magos. En 1164 cuando el emperador Federico Barbarroja saqueó Milán llevó esos restos a Alemania , siendo construida en su honor la catedral de Colonia, aún existente y morada última de esos tres personajes que hace dos mil años, según la tradición se pusieron en marcha para buscar el lugar del nacimiento de Jesús
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