VERDAD – LECTURA
Evangelio: Mc 6,7-13
En multitud de ocasiones, a los cristianos se nos acusa de “inventores” de nuestra religión. Sin embargo, al igual que los profetas del pueblo de Israel, sabemos que no somos nosotros los que tomamos la decisión, sino que es el Señor quien nos ha llamado o reunido (cf. Am 7,12-15), el que nos muestra su misericordia y nos da su salvación (cf. Sal 84,9ab-10.11-12.13-14).
Es el mismo Jesús quien nos llama, como «llamó a los Doce» y «los fue enviando de dos en dos», porque ser cristiano, no es ser para sí, sino ser para el otro. Y cuando un cristiano está, actúa, dice, etc., no lo hace en nombre propio, sino en nombre de la comunidad, en nombre del mismo Cristo que es quien le envía, «dándoles autoridad sobre los espíritus inmundos».
Por tanto, no es un invento, ni una serie de devociones que los cristianos nos inventamos, sino que es una obligación que tenemos de salir «a predicar la conversión» a esos espíritus que están en el mundo. Una conversión que conlleva un cambio de vida radical, no sólo para aquel que recibe nuestro mensaje y lo acoge, sino también para nosotros mismos que, nos pide Jesús en el evangelio de hoy, hemos de abandonarnos en la Providencia. Y así lo vemos cuando les encarga a los Doce «que llevaran para el camino un bastón y nada más, pero ni pan, ni alforja, ni dinero suelto en la faja; que llevasen sandalias, pero no una túnica de repuesto».
Los Doce se sabían comunidad y tenían claro ese concepto. La comunidad es el conjunto de personas que viven en común y ponen todo en común, para un fin: anunciar la buena nueva del Evangelio. Por eso, no hace falta llevar provisiones ni repuestos, porque «en la casa» donde entre uno de los de Cristo, esa casa, le proporcionará todo lo que necesita. Es pues, obligación del cristiano, predicar y acoger a los hermanos. Así lo entendieron los Doce y así salieron a predicar, echar demonios, ungir con aceite a los enfermos, con la confianza puesta en «Dios, Padre de Nuestro Señor Jesucristo, que nos ha bendecido con toda clase de bienes espirituales […] para que fuésemos santos e intachables ante él por el amor» (Ef 1,3-14).
CAMINO – MEDITACIÓN
- ¿Qué pasaje, versículo, frase o palabra te ha tocado el corazón?
- ¿Has pensado alguna vez que ser seguidor de Cristo es una vocación, una llamada?
- ¿Sabías para qué llamó Jesús a los Doce?
- ¿Crees que esa llamada es también para ti?
- Los Doce sabían qué era pertenecer a una comunidad. ¿Lo sabes tú también?
- ¿Por qué los cristianos tenemos, ahora, menos claro que los primeros lo que supone ser comunidad?
- ¿Podríamos decir que vivimos el cristianismo de forma demasiado personal y poco comunitaria?
- Cuando lees este evangelio, ¿crees que estás fallando en algo?
- ¿Sientes como una carga ser cristiano?
VIDA – ORACIÓN
Señor Dios, Tú que nos has llamado y reunido, y te has revelado a tu Iglesia, concédenos los dones que necesitamos para poder transmitir a otros las gracias que de Ti hemos recibido. Por Nuestro Señor Jesucristo. Amén.
No hay comentarios:
Publicar un comentario