lunes, 30 de noviembre de 2020

Beato Carlos de Foucauld (1858/1916)

Hoy, 1 de diciembre celebramos al Beato Charles de Foucauld (1858/1916).
Personalidad polifacética. Fue militar y geógrafo en Argelia y Marruecos a finales del siglo XIX, pero consagró su vida a Dios, primero con los monjes trapenses y después como sacerdote en Argelia.
 
 De familia noble y rica por herencia familiar; sus ancestros provenían  del Estrasburgo que sufrió de lleno la guerra franco prusiana de 1870.  Vivió sus primeros años de juventud una vida disipada y desordenada, hasta que en 1882, el ejército francés lo convirtió en geógrafo en Marruecos, ganándose todos los parabienes.y recompensas. En esa época se hacía pasar por judío para realizar mejor su trabajo, de manera especialmente convincente.
Desde 1886 se convierte en una persona especialmente inquieta espiritualmente, siendo suya una oración que repetía incesantemente 
 «Dios mío, si existes, haz que yo te conozca».
En 1886 su libro sobre sus descubrimientos geográficos en Marruecos lo habrían convertido en un hombre célebre, pero él ya tenía otras prioridades. Gracias a las inquietudes espirituales despertadas por el sacerdote Henri Huvelin ,se convierte en peregrino en Tierra Santa , convirtiéndose en 1890 en monje trapense (en el corazón del Imperio Otomano), y empezando a desarrollar aqui sus meditaciones que culminaron en su Oración del Abandono
 
 
ORACIÓN DEL ABANDONO

Padre mío, me pongo en tus manos;
Padre mío, me confío a Ti;
Padre mío, me abandono a Ti;
Padre mío, haz de mí lo que te plazca;
sea lo que sea lo que hagas de mí, te lo agradezco;
gracias por todo;
estoy dispuesto a todo;
lo acepto todo;
te doy gracias por todo,
con tal que tu voluntad se haga en mí, Dios mío;
con tal que tu voluntad se haga en todas tus criaturas,
en todos tus hijos,
en todos aquellos a los que ama tu corazón,
no deseo nada más, Dios mío;
pongo mi alma en tus manos;
te la doy, Dios mío, con todo el amor de mi corazón,
porque te amo,
y para mí es una necesidad de amor el darme,
ponerme en tus manos sin medida;
yo me pongo en tus manos con infinita confianza,
porque Tú eres mi Padre

Charles de Foucauld
 
 

 Entre 1897 y 1900 era ya un religioso que desarrollaba su espiritualidad en un ideal de sacrificio, pobreza y penitencia.

En 1901 se convierte en sacerdote, radicándose en el desierto argelino para combatir la plaga de la esclavitud, plenamente vigente en ese territorio. Vivió y compartió el día a día con los bereberes, de quien estudió su cultura, tan profundamente que llegó a publicar un diccionario francés-berebere, en un trabajo único como lexicógrafo de esa lengua y cultura

En diciembre de 1916 fue asesinado por forajidos.

En ese momento se inicia una especial devoción hacia su figura centrada no sólo en su vida y experiencia espiritual sino también en su trabajo con la  geografía, la geología,la geopolítica, la lexicografía, y el diálogo interreligioso de quien se puede considerar un paradigma

 

El 13 de noviembre de 2005 fue proclamado beato por Benedicto XVI . Su festividad se celebra el 1 de diciembre

Su última foto conocida



Qusiera ser lo suficientemente bueno para que se diga: «Si tal es el servidor, ¿qué tal será el Señor?»
—Carlos de Foucauld, Diario, 1909


" Veinte días todavía! El Tiempo se acerca…
Pero aunque ese día esperado será dichoso, ¡cuán dulce es ya el presente!
Estás ahí, Dios mío, oculto en el seno de María,
estás ahí en esta casita, adorado por Ella y por José y los ángeles.
Llévame con Ellos, mi Señor.

Señor mío y Dios mío, cuando estoy en tu Santuario,
al pie del Tabernáculo, ¿no estás tan cerca de mí
como lo estuviste de san José durante el Adviento?
Cuando Te das a mí en la Santa Comunión,
¿no estás tan cerca de mí, tan en mí, como lo estuviste en la Santa Virgen?

Dios mío, qué feliz soy, qué feliz soy.
Pero Señor, Te lo suplico, conviérteme,
al pie del Tabernáculo, ¿no estás tan cerca de mí
como lo estuviste de san José durante el Adviento?
Cuando Te das a mí en la Santa Comunión,
¿no estás tan cerca de mí, tan en mí, como lo estuviste en la Santa Virgen?

Dios mío, qué feliz soy, qué feliz soy.
Pero Señor, Te lo suplico, conviérteme,
haz que sea, al pie del Tabernáculo, en la Santa Comunión,
lo que deba ser; que deje de estar indiferente, adormecido ante tu Altar,
que ya no reciba tibiamente tu Cuerpo divino.

Conviérteme

Conviérteme, conviérteme, Señor mío, ¡Te lo pido en tu Nombre!
Recuérdame que prometiste conceder todo lo que Te pidamos
en tu Nombre y dar el buen espíritu a quien lo pida.

Dios mío, dame el buen espíritu, tu Espíritu, y hazme pasar este Adviento
y todos los días de mi vida de manera que te glorifique tanto como pueda;
tanto como me sea posible, tanto como sea tu Voluntad para mí,
no tanto como es posible para la Santísima Virgen o san José,
tanto como sea tu Voluntad para mí, tanto como sea posible
con las Gracias que Tú me das;

Llévame con tus santos Padres tan amorosamente,
humildemente, inundado y perdido de admiración, de contemplación,
de amor, a Tus pies y durante este Adviento y siempre.

Y esto que Te pido para mí,
Te lo pido para todas las personas,
y sobre todo para aquellos por quienes debo rezar especialmente,
en Ti, por Ti y para Ti.

Amén.


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