domingo, 27 de diciembre de 2020

Lecturas del domingo de la Sagrada Familia (Joan Palero)

 

Comentario a las lecturas del Domingo de la Sagrada Familia de nuestro colaborador Joan Palero (Valencia)
Domingo, 27 de diciembre de 2020
La Sagrada Familia: Jesús, María y José - Ciclo B
AÑO DE SAN JOSÉ
Que Dios sea sabiduría y perfección, no quiere decir que todo cuanto creó fue perfecto desde el mismo principio de su existencia. Dios crea, pero después para a mirar y considerar lo creado. Y al pararse a considerar sus obras, vio que todo cuanto había hecho “estaba bien”, a excepción del hombre, quien, a pesar de estar rodeado de todo un mundo diseñado para él y puesto bajo sus pies, se encontraba solo: y vio Dios que no era buena la soledad del hombre.
Yahvé buscó entre las cosas una solución para la soledad del hombre, y no la encontró. No había nada que pudiera solucionarla, hasta que pensó crear a la mujer del mismo hombre, de su misma carne y naturaleza (material y espiritual). Y no solo la creó y se la presentó, sino que la unió a él formando con él una misma alma y cuerpo. Con la creación de la mujer, Dios acababa de crear la FAMILIA. Con ella Dios se vio totalmente satisfecho, ahora, además de que todo estaba bien, pudo afirmar que estaba MUY BIEN.”
Esto me lleva a pensar que, también nosotros debemos de parar a mirar y considerar nuestra vida y cuanto hacemos. A no conformarnos con que las cosas estén bien en apariencia, sino muy bien en realidad y esencia. Para eso es necesario no solo tener a Dios, sino soñar con Él las mejores soluciones para todo: familia, trabajo, parroquia, sociedad, …
Para encontrar a la mujer, primero el hombre tuvo que soñar con ella. (Papa Francisco)
Dios durmió al hombre en un sueño profundo, y en ese sueño, tomando parte del hombre, creó a la mujer. Dios necesita tomar de nuestra parte para crear las mejores circunstancias para nuestra vida y el buen funcionamiento del mundo. También san José antes de recibir a María como esposa, Dios le hizo soñar con Jesús, y supo darle de su parte.
Cuando mejor es una cosa, más cuidados y protección requieren. Con el tiempo, el mejor vino puede picarse, incluso convertirse en el mejor vinagre. Cuantas vidas, familias, ministerios, … deberían ser buen vino, y, sin embargo, se han picado o avinagrado, y lo peor es que nos acostumbramos, nos conformamos y decimos “es lo que hay”. Pero ese no es el proyecto ni el obrar de Dios. Él es el primer inconformado, y nos llama a no conformarnos con la mediocridad de un bien aparente, sino más bien a buscar y ser la mejor solución.
“No os acomodéis al mundo presente, antes bien transformaos mediante la renovación de vuestra mente, de forma que podáis distinguir cuál es la voluntad de Dios: lo bueno, lo agradable, lo perfecto. (Romanos 12, 2)
Llevados solo por lo agradable a los ojos, confundieron el mal con el bien, y en su descuido de mirar lo perfecto, picaron y avinagraron lo mejor: La Familia, y con ella a toda la creación. Pero Dios no se conformó, no quiso ser parte del problema humano, sino que BUSCÓ SER LA MEJOR SOLUCIÓN.
Enamorado e ilusionado con lo mejor que había hecho: LA FAMILIA, creada a su imagen, ha querido solucionarlo todo recreando la familia, para desde ella recrear y hacer nuevas todas las cosas.
LA SAGRADA FAMILIA DE NAZARETH. Con ella inició una nueva etapa, una nueva historia para la humanidad. José y María, o María y José, (porque, tanto monta, monta tanto…) Los dos, María despierta y José dormido, soñaron el sueño de Dios de salvar a la humanidad. Y libres, aceptaron que Dios tomara de ellos la parte con la Él mismo iba a solucionar el problema con la encarnación de su Hijo.
Nazareth es el nuevo Edén donde Dios forma una nueva Familia, que a diferencia de la de Adán, ya no engendrará de sangre ni por deseo o voluntad de la carne, sino por la Palabra y el Espíritu de Dios, que, a través de este nuevo modelo de Familia trae y da a luz un nuevo Hombre: Jesús. (Jn 1, 13). Él será “el primogénito entre muchos hermanos”, pues con su encarnación se identifica totalmente con la humanidad y nos hace FAMILIARES DE DIOS, hijos de Dios (hermanos suyos) y de los hombres. (Ef 2, 19)
Seguimos teniendo dos piernas, dos manos, dos pies y muchas manías, pero la condición y la esencia ha cambiado. Será necesario descubrirla o redescubrirla, vestirse o revestirse de ella, pero es necesario que todos llevemos el nuevo uniforme del que nos habla la segunda lectura: Colosenses 3,12-21
Aunque la ya escuchaste, o la escucharás en la celebración de la Eucaristía, léela también a solas con Dios, hasta que te muestre (más allá de lo bueno que hay en ti) lo que es más excelente. Después hazlo con la familia. Busca la oportunidad de leerla con algún amigo, compañero de trabajo, de la parroquia, de tu calle o comunidad de vecinos, …
Todo y todos necesitamos soluciones, y la mejor (como María y José) es formar parte en la solución de Dios. Dejar a Dios que tome de nuestra parte para pueda seguir engendrando y dando a luz a Jesús, el único capaz de hacer que en nuestras familias y comunidades …, se rompan los fríos del desamor, del egoísmo de que todo gire y sea solo para mí, de todo eso que nos hace sentir solos e infelices, aun en medio de tantas cosas y gentes.
Jesús es la realidad del sueño de Dios para la humanidad. Su madre y sus hermanos son los que oyen la Palabra de Dios y la cumplen, poniendo también de su parte.
Por lo demás, te deseo un: ¡Feliz tiempo de NAVIDAD en FAMILIA!
Joan Palero

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