sábado, 30 de enero de 2021

Comentario a las lecturas del Domingo IV del Tiempo Ordinario (Ciclo B) Joan Palero (Valencia)

 


Domingo, 31 de enero de 2021 – Año de San José
 
4º Tiempo Ordinario (Ciclo B)
 
Tras el encuentro con una Persona, Jesús, y la escucha atenta de su Palabra: “Venid conmigo, y os haré pescadores de hombres”; aquellos primeros discípulos, demostraron haber entendido el doble mensaje que se les proponía:
 
1.- “Venid conmigo”
Ellos, dejando lo que eran y tenían, se fueron con Jesús a dejarse transformar, para llegar a ser lo que Él les prometía.
 
2.- “y os haré pescadores de hombres.” Ahora el resto era cosa de Jesús.
Creer en Jesús no es saber y tener una opinión de Él, es seguirlo, caminar juntos.
“Jesús y sus discípulos (caminando juntos) entraron en Cafarnaún, y cuando el sábado siguiente fue a la sinagoga a enseñar, se quedaron asombrados de su doctrina, porque no enseñaba como los escribas, sino con autoridad.”
En el seguimiento, pronto percibieron que Jesús es mucho más que un maestro. Además de lo que decía, era sombroso cómo lo decía, de manera comprensible y convincente, con autoridad, y a la vez, sin autoritarismo. El asombro que Jesús les produce es la realidad de que sus palabras están vivas en él. Palabras que son luz, iluminan, asombran, es decir, les saca de sus sombras.
También Nicodemo se asombraba de él, creía que Jesús era un maestro enviado por Dios, y si lo creía era porque sabía que nadie podía realizar los signos que Jesús realizaba si Dios no estaba con él. (San Juan 3, 1-2) La Palabra viva produjo fe viva, en ellos y en los hombres. ¿Cómo es mi fe? ¿En qué se basa?
No se puede dar lo que no se ES, o no se tiene, y este era el caso de los escribas, y el de muchos maestros, dan el conocimiento que tienen, pero sin el asombro y la autoridad de unos conocimientos vivos, encarnados en ellos.
La diferencia de éstos con Jesús, es que Jesús es la Verdad viva, encarnada. Sus palabras asombran, porque, además de palabras, son espíritu y vida. La realidad de Jesús es, que es Dios y Hombre, Palabra y Vida. Palabra que se dice, pero que a la vez se cumple. Esto es lo asombroso, en todo tiempo, y lo que hace al hombre salir de sus sombras.
Con este asombro, el Señor, empezó a convertir a aquellos pescadores de peces, en pescadores de hombres. No de números, ni de privilegios, seguridades, honores, … que los hombres les pudieran dar. Pescadores de HOMBRES que son asombrados por la realidad de una fe que primero te hace SER hijo, después, sentir y vivir que lo tienes todo en Dios, para, como Dios, darte con Él por los demás.
“El mundo, antes que maestros, necesita testigos; y que si escucha a los maestros es porque primero son testigos.” (San Pablo VI)
En el seguimiento de Jesús, aquellos discípulos, aprendieron directamente de Él a SER sus testigos. Su testimonio, más que los adoctrinamientos, fue lo que iría iluminando y sacando al mundo de sus sombras.
Directamente de Jesús, aprendieron a enfrentar y hacer callar con el poder y la autoridad de una vida de asombroso testimonio, a los espíritus escandalosos de un bien mezclado con el mal.
Así, su FAMA, como la de Jesús por toda Galilea, se extendió por el mundo.
¿Qué se extiende hoy? ¿Qué extiendo yo?
Lo contrario de “Fama”, es: Descrédito, deshonor, fracaso, oscuridad.
Jesús, sin juicios y con toda misericordia, con su Palabra, sigue increpando para acallar voces que nos roban el asombro a través de la confusión. A estas les dice: «Cállate y sal de él.»
 

 
Joan Palero

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