domingo, 26 de septiembre de 2021

«¡OJALÁ TODO EL PUEBLO DEL SEÑOR PROFETIZARA Y EL SEÑOR LES DIERA SU ESPÍRITU» LECTIO DIVINA DE LA PRIMERA LECTURA – DOMINGO XXVI DEL TIEMPO ORDINARIO (CICLO B

 


VERDAD – LECTURA

Números 11,25-29

En aquellos días,  25El Señor bajó en la nube y habló a Moisés. Tomó una parte del espíritu que tenía Moisés y se la dio a los setenta ancianos. Cuando el espíritu se posó sobre ellos se pusieron a profetizar, pero no continuaron.

26Dos de ellos habían permanecido en el campamento: uno se llamaba Eldad y otro Medad. También sobre ellos se posó el espíritu, ya que pertenecían a los elegidos, aunque no se habían presentado en la tienda, y se pusieron a profetizar en el campamento. 27Un muchacho fue corriendo a decir a Moisés: “Eldad y Medad están profetizando en el campamento”. 28Josué, hijo de Nun, que desde su juventud había servido a Moisés, dijo: “Señor mío Moisés, prohíbeselo”. 29Moisés le respondió: “¿Tienes celos por mí? ¡Ojalá que todo el pueblo del Señor profetizara y el Señor les diera su espíritu!”.

El título del libro de los Números en la Biblia hebrea, en realidad, es En el desierto; ya que en este libro se relata el periodo que el pueblo de Israel pasó atravesando el desierto camino de la Tierra Prometida. En él podemos ver cómo Yahveh acompaña y guía a su pueblo durante esta travesía sin coartar la libertad y la iniciativa humana, pues Israel tiene que elegir en todo momento de manera responsable su actuar. En más de una ocasión, el Pueblo se resiste a acoger el plan salvífico de Dios, de alguna manera Dios le hace caer en la cuenta de su equivocación, pero nunca lo abandona, ni desiste de plan de salvación.

La travesía del desierto es para Israel un tiempo de purificación y maduración en el conocimiento y la experiencia de Dios. Sin duda, tienen que superar muchas dificultades, las mismas que cada persona hemos de afrontar en el camino de la vida.

Poco a poco, las distintas tribus de Israel han de convertirse en un Pueblo unido llamado y guiado por Yahveh, siendo fieles a la Alianza.

En aquellos momentos, Moisés es el interlocutor válido, por así decir, entre Yahveh y el Pueblo. Sabemos que Dios habla directamente con él, cada a cara y en esta conducción y educación de Israel es ayudado por setenta ancianos.

En el texto con el que hoy oramos podemos ver cómo dos ancianos, que pertenecían al grupo de esos setenta, pero no habían acudido al lugar indicado, se ponen a profetizar en el campamento. Sobre ellos se había posado el Espíritu de Dios. Esta acción sorprende a propios y extraños y un muchacho va a contárselo a Moisés. Josué, un poco indignado, pretende que Moisés se lo prohíba. Sin embargo, éste se niega a hacerlo, y exclama una gran verdad: ¡Ojalá que todo el pueblo del Señor profetizara y el Señor les diera su espíritu!

Aquí podemos ver la gran libertad con la que Dios actúa; su don, su gracia, su favor no está circunscrito a ningún lugar, a ninguna raza, lengua o nación. El don de Dios es gratuito y el lo regala a quien cree conveniente para el bien de la humanidad y la salvación de todos.

Enlazando con evangelio de hoy, es muy importante, que no absoluticemos el seguimiento de Jesús, ni la predicación de la Buena Nueva. Todo aquel que actúa de buena fe, no está contra nosotros.

CAMINO – MEDITACIÓN

  • ¿Qué pasaje, versículo, frase o palabra te ha llamado la atención, te ha tocado el corazón? ¿Qué sentimientos despierta en ti? ¿Qué querrá decirte Dios, aquí y ahora, en este momento con ello?
  • ¿Te sientes invitado por Dios a ser su profeta, a difundir su amor, su misericordia y su perdón todos los que te rodean? ¿Cómo actúas ante esta invitación?
  • ¿De qué manera acoges a los profetas de nuestro tiempo?
  • ¿Crees que los profetas han de tener unas características especiales? ¿no basta la coherencia de vida y el ir superándose cada día?
  • ¿Tienes algún prejuicio para acoger a personas que quieren seguir a Jesús?

VIDA – ORACIÓN

Salmo 19

2Los cielos narran la gloria de Dios, el firmamento pregona la obra de sus manos,

3un día comunica el pregón al otro día y una noche transmite la noticia a la otra noche.

4No es un pregón, no son palabras, no son voces que puedan escucharse,

5aunque su sonido se extiende por la tierra entera y hasta el confín del mundo sus palabras. Puso una tienda al sol allá en lo alto

6y él sale como un esposo de su alcoba, como un atleta alegre que emprende una carrera.

7Sale por un lado del cielo y tras su carrera se pone por el otro, sin que haya nada que a su calor escape.

8La ley del Señor es perfecta, portadora de vida; el testimonio del Señor es veraz, hace sabio al sencillo;

9los preceptos del Señor son justos, reportan alegría al corazón; los mandamientos del Señor son claros, dan luz a los ojos;

10el temor del Señor es puro, dura para siempre; los decretos del Señor son la verdad misma, todos ellos son justos;

11más preciosos que el oro, más que el oro fino, más sabrosos que la miel, más que el jugo de panales.

12Por eso tu servidor se instruye en ellos, en guardarlos encuentra gran provecho.


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