martes, 26 de julio de 2022

Viaje del Papa a Canadá

 LA CIZAÑA

Quique Fernández
Ayer lunes 25 el Papa Francisco en Edmonton (Canada) iluminó con sus palabras el evangelio de hoy martes 26, el fragmento en el que Jesús explica la Parábola de la Cizaña (Mt 13, 36-43).
Estas fueron algunas de las palabras que dijo:
"El Señor no sostiene con su Espíritu a quienes someten a los demás, a quienes confunden el Evangelio de la reconciliación con el proselitismo. Porque no se puede anunciar a Dios de un modo contrario a Dios. Sin embargo, ¡cuántas veces ha sucedido en la historia!"
"Me duele pensar que algunos católicos hayan contribuido a las políticas de asimilación y desvinculación que transmitían un sentido de inferioridad, sustrayendo a comunidades y personas sus identidades culturales y espirituales, cortando sus raíces y alimentando actitudes prejuiciosas y discriminatorias, y que eso también se haya hecho en nombre de una educación que se suponía cristiana"
De estos dos breves fragmentos quisiera resaltar dos frases que me parecen muy importantes:
- "No se puede anunciar a Dios de un modo contrario a Dios".
Es decir, que si el plan de Dios Padre y el estilo de Dios Hijo son de misericordia, bondad y humildad... sería justo lo contrario intentar hacer del cristianismo un poder apisonadora que prescindiera de la dignidad y derechos de las personas.
- "que eso también se haya hecho en nombre de una educación que se suponía cristiana"
Es decir, que eso se haya hecho en nombre de Dios, como si Dios quisiera que la Evangelización tuviera que ir acompañada de una sumisión indígena y de una occidentalización obligatoria.
Especialmente triste es cuando se intentan justificar maldades aduciendo ciertos éxitos. Nunca se debería usar el nombre de Dios para justificar atrocidades. Aunque "solo" se hubiese esclavizado a una persona, ya sería suficiente para reconocer el pecado y pedir perdón. ¿O acaso no pensaríamos eso si la esclavizada fuese nuestra madre o nuestros hijos?
La cizaña no es una mala hierba ajena a nosotros, no se trata de que los otros son los malos y nosotros los buenos. Nosotros somos un campo en el que crece la buena hierba, el trigo, y la cizaña. Somos, tristemente, capaces de lo peor cuando en vez de seguir de forma coherente y auténtica a Jesús y su Evangelio, cogemos atajos que nos prometen eficacia y éxitos. Ese no es el camino cristiano.
Estos días algunos confunden al Pueblo de Dios, agitando discursos contra el Papa, sosteniendo que no debemos pedir perdón. El nuevo fariseísmo pretende una Iglesia grande pero muy raquítica en misericordia y perdón. Jesús, en cambio, nos invita a quitarnos la viga del propio ojo antes de señalar la paja del ojo ajeno.
Con el Evangelio en la mano es fácil de entender, con el ejemplo del Papa queda claro lo que se debe hacer. Y, sin embargo, nos seguimos preguntando qué Evangelio es el que han escuchado y leído los "profetas de calamidades". Pero, sobre todo, cabe preguntarse qué Evangelio es el que yo escucho, reconozco y procuro hacer vida.
Enlace al discurso completo del Papa Francisco:


https://www.vatican.va/.../20220725-incontroedmonton...




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