sábado, 23 de enero de 2021

Se ha cumplido el tiempo / convertíos y creed Lectio Divina del III Domingo del Tiempo Ordinario – Ciclo B

 

Ciclo B


VERDAD – LECTURA

Evangelio: Mc 1,14-20

«Después de que Juan fue entregado», decapitado, por el odio de la mujer de Herodes, Jesús se marcha a su región, Galilea, «a proclamar el Evangelio de Dios». La palabra “evangelio” significa “buena noticia”. Jesús vuelve a su tierra a proclamar la Buena Noticia de Dios, que es, ni más ni menos, que «se ha cumplido el tiempo y está cerca el reino de Dios».

Ya en el momento del nacimiento de Juan, podemos leer: «A Isabel se le cumplió el tiempo del parto y dio a luz un hijo» (Lc 1,57). Parece ser una expresión usada en la época de Jesús. También, Pablo, en su carta a los Gálatas la emplea: «Cuando llegó la plenitud del tiempo, envió Dios a su Hijo, nacido de mujer, nacido bajo la ley, para rescatar a los que estaban bajo la ley, para que recibiéramos la adopción filial» (Gal 4,4-6). Cumplirse el tiempo indica que ha llegado otro momento importante para la historia del pueblo judío. Primero fuero fueron los Patriarcas, después los Reyes y Jueces, los Profetas, Juan –el Bautista- y ahora es Jesús quien anuncia la llegada del nuevo tiempo, la proximidad del reino de Dios. Si queremos ser parte de ese Reino, Jesús nos da un mensaje claro: «Convertíos y creed en el Evangelio».

Esta es la misión que tiene Jesús, la que le ha encomendado su Padre. Por eso, no puede poner su morada en una ciudad concreta, porque su misión es el mundo entero. De ahí que pase de un lugar a otro, que lo veamos por distintas ciudades y pueblos. Y hoy, san Marcos dice que estaba «junto al mar de Galilea».

 

Todos conocemos lo que se hace en el mar, la vida del mar es dura, y la gente del mar lo sabe muy bien. Muchos han perdido su vida. En el mar de Galilea estaban los pescadores haciendo sus faenas. Marcos nos habla de Simón y su hermano Andrés que estaban «echando las redes en el mar» y una vez echadas, tenían que esperar que la red se llenara para recoger la pesca. Jesús los ve y les dice: «Venid en pos de mí y os haré pescadores de hombres». ¿Qué cara se les quedaría a los dos hermanos cuando oyeran que Jesús los quería hacer «pescadores de hombres»? En el mar, los únicos hombres que “se pescan” son aquellos que naufragan, los que andan a la deriva por las tempestades, etc. ¿Qué querría decirles Jesús? Sin embargo, ellos, «inmediatamente dejaron las redes y lo siguieron».

Más adelante, acompañado de Simón y Andrés, encuentra Jesús a Santiago y Juan, los hijos del Zebedeo. Ellos estaban repasando las redes, en la barca, con su padre y los jornaleros. A ellos también les llama y ellos «se marcharon en pos de él». El evangelista no nos cuenta que Jesús les dijera nada. Sólo que los llamó. ¿Qué poder de convicción era el que tenía Jesús que los cuatro le siguen?

Ahora ya son cuatro, los cuatro primeros, el primer grupo, la primera comunidad cristiana que se conoce. Son los que acompañarán a Jesús hasta el final, los primeros que con el Maestro, proclaman el Evangelio de Dios.

 

CAMINO – MEDITACIÓN

  • ¿Qué pasaje, versículo, frase o palabra te ha tocado el corazón?
  • ¿Qué entiendo yo por el Evangelio de Dios?
  • ¿Qué tiempo vivo yo?
  • Jesús llama a la conversión. ¿De qué me tengo que convertir?
  • ¿Creo en el Evangelio?
  • ¿He intentado, en alguna ocasión, proclamar el Evangelio de Dios?
  • ¿A quién? ¿A gente que conozco o a gente que desconozco?
  • Si es que sí… ¿Alguien ha seguido el Evangelio?
  • Si es que no… ¿Cuándo voy a intentarlo?
  • ¿Evangelizo solo o lo hago con mi comunidad?

VIDA – ORACIÓN

Gracias, Señor, por la generosidad de estos cuatro primeros discípulos. Pero más aún, por habernos anunciado el Evangelio de Dios. Danos los dones que necesitamos para poder hacer nosotros, también, lo que hiciste tú.

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