domingo, 31 de enero de 2021

“SUSCITARÉ UN PROFETA” LECTIO DIVINA DE LA PRIMERA LECTURA – DOMINGO IV DEL TIEMPO ORDINARIO (CICLO B)


 

VERDAD – LECTURA

Deuteronomio 18,15-20

Moisés habló al pueblo diciendo 15 “El Señor, tu Dios, suscitará de en medio de ti, entre tus hermanos, un profeta como yo, al que debéis obedecer. 16 Es precisamente lo que tú pediste al Señor, tu Dios, en el Horeb, el día de la asamblea, cuando dijiste: “No queremos oír más la voz del Señor, ni ver ese gran fuego para no morir”, 17 y el Señor me dijo: “Dicen bien. 18 Yo les suscitaré de en medio de sus hermanos un profeta como tú; pondré mis palabras en su boca, y él les dirá todo lo que yo le mande. 19 Al que no escuche las palabras que él dirá en mi nombre, yo mismo le pediré cuentas. 20 Pero el profeta que tenga la osadía de anunciar en mi nombre lo que yo no le haya ordenado decir o hable en nombre de otros dioses, ese profeta morirá””.

Nos encontramos hoy, en la primera lectura, que la liturgia nos ofrece, un fragmento del libro del Deuteronomio.

Dicho libro está dentro del llamado Pentateuco, la colección de los cinco primeros libros de la Biblia.

En el Deuteronomio se nos presenta a un Dios que está presente en la vida de su pueblo y que se preocupa por él. Un pueblo elegido por Yahveh para establecer con él una alianza y crear un lazo de amor entre ambos. De esta manera Israel alcanzará una vida plena, su única obligación es la fidelidad a la alianza y a Dios.

El fragmento con el que hoy oramos comienza con una promesa de Yahveh al pueblo de Israel realizada por medio de Moisés.

La promesa es  que Dios va a suscitar en medio de su pueblo un profeta como Moisés.

El texto nos remite al Horeb cuando el pueblo le dijo a Moisés que no quería más volver a escuchar la voz de Dios de una manera directa.

Dios para comunicarse con su pueblo, suscitará en medio de él un mediador. Dichos profetas hablarán en nombre de Dios dando a conocer su voluntad. El profeta será verdadero y auténtico gracias a la fidelidad que mantendrá a la palabra de Dios.

Israel vio en este fragmento una clara alusión a un profeta excepcional, único, un segundo Moisés, por llamarlo de algún modo, que en algún momento se identificaba con el Mesías.

Nosotros como cristianos, no podemos menos que identificar a este profeta con Jesús de Nazaret, el Hijo de Dios, el cual será quien nos comunique la palabra plena y definitiva del Padre su amor y su misericordia.

CAMINO – MEDITACIÓN

  • ¿Qué pasaje, versículo, frase o palabra te ha llamado la atención, te ha tocado el corazón? ¿Qué sentimientos despierta en ti? ¿Qué querrá decirte Dios, aquí y ahora, en este momento con ello?
  • ¿Cómo podemos reconocer a los profetas en nuestro tiempo? ¿Estamos atentos a la voz de los mediadores que Dios pone en nuestra vida?
  • Dios establece contigo una alianza de amor y plenitud, ¿Cómo respondes a ella? ¿Eres fiel a ella?
  • ¿Es Jesús para ti el Profeta del Padre y el guía de tu vida?
  • ¿Eres profeta del amor y la misericordia de Dios para los demás?

VIDA – ORACIÓN

Salmo 78

1Atiende a mi enseñanza, pueblo mío, escucha las palabras de mi boca;

2 hablaré por medio de sentencias y evocaré los misterios del pasado.

3 Lo que hemos oído y aprendido, lo que nuestros padres nos contaron,

4 no se lo ocultaremos a sus hijos; contaremos a la generación futura los títulos de gloria del Señor, su poder y las maravillas que él ha hecho.

5 Él estableció un precepto en Jacob y promulgó una ley en Israel: ordenó a nuestros padres que enseñaran las cosas a sus hijos

6 para que la generación siguiente lo supiera, los hijos que habían de nacer, y que éstos, a su vez, se lo contaran a sus hijos

7 para que pongan en Dios su confianza, no olviden los prodigios del Señor y guarden sus mandatos;

8 no lleguen a ser como sus padres, una generación indócil y rebelde, generación cuyo corazón no fue constante, y cuyo espíritu fue desleal para con Dios.

[…]

70 Eligió a David, su siervo, lo sacó de los apriscos del rebaño,

71 lo llamó de detrás de las ovejas y lo hizo el pastor de Jacob, su pueblo, y de Israel, su heredad.

72 Los apacentó con un corazón irreprochable, los guio con sus expertas manos


Hno Pepe Pedregosa

No hay comentarios:

Publicar un comentario