VERDAD – LECTURA
Isaías 50,5-9a
5El Señor Dios me ha abierto el oído y yo no he resistido, no me he echado atrás. 6He ofrecido mi espalda a los que me golpeaban, mis mejillas a quienes me mesaban la barba; no he hurtado mi rostro a la afrenta y a los salivazos. 7El Señor Dios viene en mi ayuda; por eso soporto la ignominia, por eso he hecho mi rostro como pedernal y sé que no quedaré defraudado. 8Próximo está el que me hace justicia, ¿quién puede litigar conmigo? ¡Comparezcamos juntos! ¿Quién es mi demandante? ¡Preséntese ante mí! 9Si el Señor Dios me ayuda, ¿quién puede condenarme?
La liturgia de hoy nos ofrece un fragmento del llamado “tercer cantico del Siervo de Yaveh”. No sabemos exactamente a quien se refiere el profeta Isaías al presentarnos a este personaje, de lo que si estamos seguros es de que se trata del modelo o ejemplo del discípulo fiel a Dios; el cual le ha capacitado para escuchar su palabra y para transmitirla a los hombres de su tiempo que se encuentran desanimados a causa del destierro en Babilonia. Yahveh quiere que el Profeta dirija palabras de esperanza a su Pueblo.
Sin embargo, el siervo fiel no tiene una tarea fácil, ya que precisamente tiene que sufrir el rechazo de aquellos a los que ha sido enviado: golpes, ultrajes, insultos y salivazos. Aunque el siervo se siente fortalecido por el pleno convencimiento de que Dios está con él.
El siervo fiel no se sentirá defraudado, ya que Yahveh está con él. Y hará frente a todas las dificultades. Dios es garantía de las palabras y acciones de su siervo, nada ni nadie podrá acallar su voz.
El bien, la misericordia y el amor de Dios vencerán toda adversidad, todo desastre y toda infelicidad.
Así ocurrirá también con Jesús. En él la muerte no tendrá la última palabra, pues de ella saldrá vencedor ya que el Padre lo resucitará al tercer día. Y todo aquel que le siga, aunque tenga que pasar por un itinerario de peligro, dificultades y aparente muerte alcanzará la vida eterna.
CAMINO – MEDITACIÓN
- ¿Qué pasaje, versículo, frase o palabra te ha llamado la atención, te ha tocado el corazón? ¿Qué sentimientos despierta en ti? ¿Qué querrá decirte Dios, aquí y ahora, en este momento con ello?
- Tú también has sido capacitado y preparado para escuchar la Palabra de Dios, ¿está dispuesto? ¿la acoges cada día en tu vida? ¿Intentas ponerla en práctica?
- Además Dios te llama a transmitir su Palabra, ¿de qué manera lo haces en tu vida ordinaria?
- ¿Eres portador de palabras de esperanza, de ilusión, de confianza, sabiendo que Dios está contigo y que Jesús vino a salvar a la humanidad?
- ¿Cómo afrontas las dificultades que te encuentras al propagar la Palabra de Dios? ¿Te desanimas o mantienes tu confianza en aquel que te ha llamado? ¿Quién podrá hacerte daño si Dios está contigo?
VIDA – ORACIÓN
Salmo 35
1El Señor es mi luz y mi salvación, ¿a quién podré temer? El Señor es la fortaleza de mi vida, ¿ante quién puedo temblar?
2Cuando me asaltan los criminales para destrozarme, son ellos, mis opresores y enemigos, los que tropiezan y sucumben.
3Aunque un ejército acampe contra mí, mi corazón no teme; aunque una guerra estalle contra mí, estoy tranquilo.
4Una cosa pido al Señor, sólo eso busco: habitar en la casa del Señor todos los días de mi vida para gustar la dulzura del Señor y contemplar la belleza de su templo.
5Él me dará cobijo el día de la desgracia, me esconderá en lo oculto de su tienda, me subirá a lo alto de la roca;
6así mi cabeza dominará a los enemigos que me cercan, en su tienda podré ofrecer sacrificios entre aclamaciones, cantando y ensalzando al Señor.
7Escucha, Señor, mi grito suplicante, ten compasión de mí, respóndeme.
8De ti mi corazón me ha dicho: “Busca su rostro”; es tu rostro, Señor, lo que yo busco;
9no me ocultes tu rostro, no rechaces con cólera a tu siervo; tú eres mi auxilio, no me abandones, no me dejes, oh Dios, salvador mío.
10Mi padre y mi madre me han abandonado, y el Señor me ha recogido.
11Enséñame, Señor, tus sendas y guíame por el camino recto, pues me están acechando;
12no me entregues al capricho de mis perseguidores, pues se han alzado contra mí testigos falsos que respiran violencia.
13Yo estoy seguro que he de ver los bienes del Señor en el mundo de los vivos.
14Espera en el Señor, ten ánimo, sé fuerte, espera en el Señor.
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