jueves, 8 de diciembre de 2022

Cuadros sobre la Navidad (II)

 


Adoración de los Magos
(Rubens) 1608

En el Museo del Prado se encuentra esta obra formidable del holandés Rubens. Su tamaño, y por tanto el trabajo que precisó es enorme: Mide 355 x 493 cm

Muestra uno de los episodios clásicos de la icnografía navideña, la llegada de los Reyes Magos 

En la imagen, aunque con tanta gente hay que esforzarse para verlo, Jesús está jugando con el incienso que le presenta Gaspar, ante la mirada de la Virgen y José, y del resto del corejo.

Aquí, Rubens muestra un cortejo de personajes espectacular, con los Reyes con costosos ropajes con multitud de detalles de lujo en sus ropas. Nos muestra en una diagonal de derecha a izquierda el foco de atención situado en el Niño, que rompe con su luz la noche en la que se produce la escena.

Es espectacular la meticulosidad de todos los personajes que aparecen, donde todos tienen posturas y gestos distintos , mostrando el gran dominio de la técnica de Rubens

De hecho, el cuadro fue realizado en dos sorprendentes etapas. La primera reunía en 1608 las figuras básicas de la escena, y la segunda realizada en 1628 añadía con un encaje perfecto el resto de acompañantes del cortejo real. En esta ampliación hay detalles que recuerdan a Rafael, como los dos criados que se sostienen uno al otro, y añadiendo el detalle, de situarse a si mismo en el cuadro Así, el hombre de la casaca morada tras el caballo, es el propio Rubens

La obra, originalmente se pintó para Amberes, pero acabó en España, en 1611, pasando a manos del Rey Felipe IV.  que la situó en el Alcazar de Madrid. Aquí la contempló Rubens que decidió ampliarla culminando una de las grandes obras de la pintura de todos los tiempos actualmente en el imprescindible Museo del Prado de Madrid.

Milagrosamente se salvó de la destrucción  en 1734,cuando estando en el Real Alcázar de Madrid, el edificio se incendió. Se salvó pero fue necesario por la extrema dificultad de moverlo entre las lllamas cortándolo del marco con un cuchillo , enrollarlo y lanzarlo por una ventana. Dado que estuvo expuesto a las llamas aún se conservan pequeñas ampollas en la superficie de la pintura, realmente nada importante comparado con lo que pudo haber pasado

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