LA TRINIDAD EN EL NUEVO TESTAMENTO
lunes, 26 de julio de 2021
LA TRINIDAD EN EL NUEVO TESTAMENTO Javier Velasco-Arias
domingo, 25 de julio de 2021
“¿Podréis beber el cáliz que yo he de beber?” Lectio Divina del evangelio de la Solemnidad de Santiago, Apóstol – Ciclo B
VERDAD – LECTURA
Evangelio: Mt 20,20-38
Nos encontramos con Jesús y sus discípulos viajando de Galilea a Jerusalén. Esta peregrinación es excusa para que Jesús vaya instruyendo a sus discípulos acerca del significado del seguimiento.
Es durante este viaje cuando la madre de los hijos de Zebedeo se acerca al Maestro, se postra y le hace una petición. La cual resulta un poco extraña, ya que la encontramos inmediatamente después del tercer anuncio, por parte de Jesús, de la pasión. Es decir, se están encaminando a Jerusalén para que Él sea ajusticiado, condenado a muerte y crucificado, aunque al tercer día resucitará.
Los discípulos, por lo que nos da a entender el evangelista no han entendido nada de todo esto. Ellos siguen pensando en un Mesías guerrero y rey, que cuando llegue al trono les dará un puesto importante a cada uno de ellos. Y es dentro de este ambiente, cuando la madre de los hijos de Zebedeo, se acerca a Jesús para pedirle que sus hijos ocupen los dos primeros puestos en su Reino.
Jesús no responde directamente
La reacción del resto de los discípulos no se hace esperar, al contrario. Parece ser que todos tenían las mismas pretensiones. Jesús, por su parte, quiere explicarles las verdaderas aspiraciones que deben tener sus discípulos. Entre ellos no deben existir las mismas aspiraciones de grandeza que imperan en la sociedad. El que quiera ser grande en el Reino, debe hacerse servidor de todos. Es más, ha de estar dispuesto a dar la vida voluntariamente para la liberación de los hombres. Así lo hizo Jesús, así lo hizo el apóstol Santiago del cual celebramos hoy su fiesta, así lo han hecho infinidad de discípulos a lo largo de la historia. Hoy también a nosotros, nos pide Jesús que nos pongamos al servicio de los demás y que, si es preciso, entreguemos la vida por ellos. Y entregarla no sólo mediante un martirio cruento, sino en el día a día, en nuestro ambiente y entre las personas más cercanas a nosotros: “¿Seremos capaces de beber el cáliz que Él bebió?
CAMINO – MEDITACIÓN
• ¿Qué versículo, frase, palabra ha llamado especialmente tu atención? ¿Qué sentimientos despierta en ti? ¿Qué querrá decirte Dios con ello en este momento concreto de tu vida?
• ¿Has entendido verdaderamente en qué consiste el seguimiento de Jesús? ¿Lo asumes?
• ¿Buscas tú también en tu vida cotidiana los primeros puestos?
• ¿Estás dispuesto a ponerte al servicio de los demás en tu vida cotidiana como algo esencial de la vocación que has recibido para ser seguidor de Jesús?
VIDA – ORACIÓN
- Te adoro Dios mío y te amo de todo corazón por haberme creado y llamado a construir el Reino a mi alrededor.
- Padre, te doy gracias la llamada al seguimiento de Jesús.
- Me ofrezco a ti, Jesús, para seguirte y darme, intentando cada día beber tu cáliz, a favor de mis hermanos más necesitados.
- Infúndeme tu fuerza, oh Espíritu Santo, para poder entregarme cada día al servicio del Reino y de mis hermanos.
“HAY QUE OBEDECER A DIOS ANTES QUE A LOS HOMBRES” LECTIO DIVINA DE LA PRIMERA LECTURA – SOLEMNIDAD DE SANTIAGO, APOÓSTOL (CICLO B)
VERDAD – LECTURA
Hechos 4,33;5,12.27-33;12,2
4 33En aquellos días, los apóstoles daban testimonio con toda firmeza de la resurrección de Jesús, el Señor. Y todos gozaban de gran simpatía. 512Los apóstoles hacían muchos milagros y prodigios en el pueblo; todos se reunían en el pórtico de Salomón. 27Los trajeron y los presentaron al tribunal supremo. El sumo sacerdote les preguntó: 28“¿No os ordenamos solemnemente que no enseñaseis en nombre de ése? Y, sin embargo, habéis llenado Jerusalén de vuestra doctrina y queréis hacernos responsables de la sangre de este hombre”. 29Pedro y los apóstoles respondieron: “Hay que obedecer a Dios antes que a los hombres. 30El Dios de nuestros padres ha resucitado a Jesús, a quien vosotros matasteis colgándolo de un madero. 31Dios lo ha ensalzado con su diestra como jefe y salvador para dar a Israel el arrepentimiento y el perdón de los pecados. 32Nosotros somos testigos de estas cosas, como lo es también el Espíritu Santo que Dios ha dado a los que lo obedecen”. 33Ellos, enfurecidos con estas palabras, querían matarlos. 12 2El rey Herodes hizo morir a espada a Santiago, hermano de Juan.
El fragmento del libro de los Hechos de los apóstoles, con el que hoy oramos en la solemnidad del Apóstol Santiago, destaca la constancia y valentía de los apóstoles en la misión de predicar la resurrección de Jesucristo. Siendo, además, confirmados por los signos y prodigios que realizaban en medio del pueblo.
El texto destaca también, cómo toda la comunidad gozaba de simpatía, estima y, posiblemente, prestigio frente a todos los que entraban en contacto con ellos. Aunque esta situación no era generalizada, pues los dirigentes de la sociedad judía ya les habían advertido que no predicaran en nombre de Jesús antes de encarcelarlos.
Nuevamente, traen a los apóstoles ante el tribunal, constatando eso sí que han logrado llenar Jerusalén de la enseñanza de Jesucristo y el testimonio de su resurrección. De la cual, según les reprochan los miembros del Sanedrín, los hacen responsables a ellos.
La única defensa que utiliza Pedro, haciéndose portavoz de demás discípulos, es de carácter religioso, pero a la vez contundente: “Hay que obedecer a Dios antes que a los hombres”. Pero, no sólo eso, además dan testimonio de la resurrección de Jesús y de lo que Él vino a traer a la humanidad, que no es otra cosa, que la salvación, el perdón de los pecados y la vida plena, todo ello ratificado al exaltarlo Dios a su derecha. Pero, no son únicamente ellos testigos de esto, también lo es el Espíritu Santo. Por tanto, todo esto no es fruto únicamente de la imaginación de los discípulos, o de una doctrina aprendida, si no que nace de la experiencia y de la acogida del Espíritu Santo, que Dios concede a aquellos que se mantienen fieles a su Palabra.
Ante todos estos acontecimientos, y habiéndose quedado sin argumentos, los miembros del Sanedrín buscan la manera de acabar con ellos, para evitar que la Palabra sigan difundiéndose. Y, aunque, damos un salto en la narración del relato, vemos como se llevó a cabo esto con la ejecución de Santiago por parte del rey Herodes. Para llevar a cabo sus fines, intentan acabar especialmente con los miembros principales de la comunidad; recordemos que Santiago, el hijo de Zebedeo, el hermano de Juan lo es. Si que llama la atención la manera en que es ajusticiado Santiago: según la costumbre romana, aunque la sentencia la haya promulgado un rey judío. ¿Será que los dirigentes judíos ha excluido ya a los cristianos de su comunidad?
CAMINO – MEDITACIÓN
- ¿Qué pasaje, versículo, frase o palabra te ha llamado la atención, te ha tocado el corazón? ¿Qué sentimientos despierta en ti? ¿Qué querrá decirte Dios, aquí y ahora, en este momento con ello?
- Tu, también, eres llamado a dar testimonio de Jesucristo entre los que te rodean. ¿Qué sientes al percibir esto? ¿Cómo intentas llevarlo a tu vida cotidiana?
- ¿Qué sientes ante la frase: “Hay que obedecer a Dios antes que a los hombres”? ¿Qué piensas acerca de ello?
- ¿Intentas en tu vida cotidiana alimentarte de la Palabra de Dios para dar testimonio de ella? ¿Te dejas, de alguna manera, transformar por el Espíritu Santo? ¿Lo invocas para que te ayude a ser testigo del Evangelio?
- ¿Cómo afrontas las dificultades de la evangelización? ¿Te acobardas o por el contrario intentas encarar la situación de manera valiente?
VIDA – ORACIÓN
Salmo 56
2Misericordia, Dios mío, que los hombres me acosan, todo el día me atacan y me oprimen; 3mis enemigos me acosan sin cesar, innumerables son los que me atacan.
4Cuando estoy lleno de miedo, yo me refugio en ti. 5En Dios, cuya palabra alabo, en Dios confío y ya no tengo miedo; ¿qué podrá hacerme un hombre?
[…]
9Tú cuentas los pasos de mi vida errante, mis lágrimas están recogidas en tu odre, todo está consignado en tu libro de notas.
10Todos mis enemigos retrocederán el día en que yo te pida ayuda; yo sé muy bien que Dios está conmigo.
11En Dios, cuya palabra alabo -en el Señor, cuya palabra ensalzo-, 12en Dios confío y ya no tengo miedo; ¿qué podrá hacerme un hombre?
13Yo mantengo, Dios mío, los votos que te hice, los cumpliré con la acción de gracias, 14pues tú me libraste de la muerte, preservaste mis pies de la caída, para que camine en la presencia del Señor a la luz de la vida.
sábado, 24 de julio de 2021
Comentario al Evangelio de la Solemnidad de Santiago Apóstol de nuestro colaborador Joan Palero (Valencia)
Comentario al Evangelio de la Solemnidad de Santiago Apóstol de nuestro colaborador Joan Palero (Valencia)
miércoles, 21 de julio de 2021
ORACIÓN PARA LA SOBREVIVIENTE DE BISBE MONS. ANTONI VADELL
ORACIÓN PARA LA SOBREVIVIENTE DE BISBE MONS. ANTONI VADELL
domingo, 18 de julio de 2021
ORDENACIÓN DIACONAL DE PAU MANENT
ORDENACIÓN DIACONAL DE PAU MANENT
Comentario a las lecturas del Domingo XVI del Tiempo Ordinario (ciclo b) de nuestro colaborador Joan Palero (Valencia)
Comentario a las lecturas del Domingo XVI del Tiempo Ordinario (ciclo b) de nuestro colaborador Joan Palero (Valencia)
sábado, 17 de julio de 2021
“EL SEÑOR NUESTRA SALVACIÓN” LECTIO DIVINA DE LA PRIMERA LECTURA – DOMINGO XVI DEL TIEMPO ORDINARIO (CICLO B)
VERDAD – LECTURA
Jeremías 23,1-6
1¡Ay de los pastores que dejan perderse y dispersarse al rebaño de mi pasto!, dice el Señor 2Por eso, esto dice el Señor, Dios de Israel, a los pastores que guían a mi pueblo: “Vosotros habéis dispersado mis ovejas, las habéis descarriado sin preocuparos de ellas. Pero yo me voy a ocupar ahora de vosotros -dice el Señor-, castigando vuestras malas acciones. 3Yo mismo recogeré los restos de mi rebaño de todos los países donde los dispersé y los haré volver a sus pastos, donde crecerán y se multiplicarán. 4Suscitaré para ellos pastores que las cuiden; no sufrirán más temor y angustia, ni se volverá a perder ninguno -dice el Señor-.
5Vienen días -dice el Señor- en que yo suscitaré a David un vástago legítimo, que reinará como verdadero rey, con sabiduría, y ejercerá el derecho y la justicia en la tierra. 6En sus días se salvará Judá, e Israel vivirá en seguridad. Y éste será el nombre con que le llamarán: “El Señor nuestra salvación””.
Hoy vamos a orar con un fragmento del libro del profeta Jeremías. Este profeta es modelo de fidelidad y de entrega a la misión recibida de Dios. Su actividad profética se desarrolló en distintos periodos de la historia de Israel. En su libro, predominan los llamados oráculos o mensajes de condena, sobre todo hacia los poderosos de la sociedad, lo cual hizo que en algunos momentos su vida estuviera en peligro. Y aunque fuese, en principio, llamado a hablar de extirpar y destruir, lo fue también para proclamar mensajes de plantar y reconstruir. En el centro de su libro, nos ha dejado una colección magnífica de mensajes de salvación sobre Judá y Jerusalén, entre los que destaca el anuncio de una nueva alianza de Dios con su pueblo.
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Podemos concluir que Jeremías contribuyó, en gran medida, al nacimiento y formación de un nuevo pueblo, el pueblo de la nueva alianza, después de la conquista de Jerusalén por el imperio babilónico y de la huida de la comunidad judía a Egipto. Lugar en el que murió el profeta.
El pasaje que hoy nos ocupa, precisamente es uno de esos mensajes de denuncia y condena, de los que hablábamos anteriormente. Dicho mensaje está dirigido a los últimos reyes de Judá y a los dirigentes del pueblo de Israel. Ellos tenían el deber de guiar al pueblo, ayudándoles a vivir en fidelidad la Alianza. Sin embargo, han hecho caso omiso a su misión, abandonando a los israelitas a su suerte; no se han preocupado de ellos e, incluso, los han incitado a alejarse de Yahveh. En una palabra, han dejado perecer al rebaño de Dios y lo han dispersado.
Según el profeta, estás acciones no pueden quedar impunes y tendrán sus consecuencias. Jeremías anuncia el cambio radical de la situación, que Dios transformará en favor de su pueblo. A partir de ahora, será Yahveh quien se ponga al frente de Israel para guiarlo hacia buenos pastos, donde crecerán y se multiplicará. Reunirá a los integrantes de su rebaño de todas las naciones y de todos los rincones de la Tierra. Y suscitará nuevos pastores que cuiden y protejan a los israelitas. Librará a Israel del temor y la angustia. Vienen días de felicidad.
Por tanto, a pesar de la aparente condena del mensaje inicial, creo que este fragmento del Profeta Jeremías nos abre a la esperanza: “yo suscitaré a David un vástago legítimo, que reinará como verdadero rey, con sabiduría, y ejercerá el derecho y la justicia en la tierra”.
No puedo resistirme a hacer una lectura desde el evangelio de este hecho. Jesús de Nazaret es ese nuevo Rey, Pastor, Guía del Pueblo. Él salvará no sólo a Israel, sino a toda la humanidad, nos traerá la vida plena y nos hará gozar de la felicidad por siempre. Su nombre: Emmanuel (Dios con nosotros) o, si preferimos, tal y como lo llama el profeta: “El Señor nuestra salvación”.
CAMINO – MEDITACIÓN
- ¿Qué pasaje, versículo, frase o palabra te ha llamado la atención, te ha tocado el corazón? ¿Qué sentimientos despierta en ti? ¿Qué querrá decirte Dios, aquí y ahora, en este momento con ello?
- Hoy puedes tomar el pulso a tu fidelidad a la Alianza que Dios ha hecho contigo. ¿Te mantienes fiel a ella? ¿En que momentos siente que eres infiel? ¿Qué acciones puedes emprender para mantener tu fidelidad?
- No sólo los sacerdotes, los obispos o los religiosos son pastores del rebaño de Dios, todos nosotros somos en alguna medida líderes o guías para los demás. ¿En qué medida cuidas de las ovejas del Señor? ¿las llevas a verdes praderas de pastos abundantes o, por el contrario, las abandonas y no te preocupas de ellas, pensando que es cosa de otros?
- También tú recibes de Dios la misión de denunciar la injusticia, el atropello del más débil, el mal cometido hacia los más desfavorecidos. ¿De qué manera acoges esta misión? ¿Qué acciones realizas para llevar a cabo esta llamada de Dios?
- Jesús vino a traer esperanza, misericordia, libertad, amor, felicidad a toda la humanidad, ¿En qué medida, tú eres profeta de estas realidades? ¿De qué manera anuncias el evangelio del amor?
VIDA – ORACIÓN
Salmo 23
1El Señor es mi pastor, nada me falta:
2en verdes praderas me hace reposar, me conduce hacia las aguas del remanso
3y conforta mi alma; me guía por los senderos de justicia, por amor a su nombre;
4aunque vaya por un valle tenebroso, no tengo miedo a nada, porque tú estás conmigo, tu voz y tu cayado me sostienen.
5Me preparas una mesa ante mis enemigos, perfumas con ungüento mi cabeza y me llenas la copa a rebosar.
6Lealtad y dicha me acompañan todos los días de mi vida; habitaré en la casa del Señor por siempre jamás.