martes, 30 de marzo de 2021
Y la palabra de Dios acampó en las redes
lunes, 29 de marzo de 2021
Vídeo-Lectio de la Lectura de la Pasión según San Marcos del Domingo de Ramos (Ciclo B)
domingo, 28 de marzo de 2021
Lecturas Domingo de Ramos (Joan Palero)
“ESCUCHAR COMO UN DISCÍPULO” LECTIO DIVINA DE LA PRIMERA LECTURA – DOMINGO DE RAMOS DE LA PASIÓN DEL SEÑOR (CICLO B)
VERDAD – LECTURA
Isaías 50,4-7
4El Señor Dios me ha dado una lengua de experto para que yo sepa responder al cansado. Cada mañana me despierta el oído para escuchar como un discípulo.
5El Señor Dios me ha abierto el oído y yo no he resistido, no me he echado atrás.
6 He ofrecido mi espalda a los que me golpeaban, mis mejillas a quienes me mesaban la barba; no he hurtado mi rostro a la afrenta y a los salivazos.
7El Señor Dios viene en mi ayuda; por eso soporto la ignominia, por eso he hecho mi rostro como pedernal y sé que no quedaré defraudado.
Nos encontramos hoy con un fragmento del llamado “tercer cántico del siervo de Yahveh”, que comienza afirmando que la palabra de Dios es la fuente de toda liberación. El siervo de Yahveh recibe un misión por parte de éste, y se mantendrá fiel en todo momento a esta misión, aunque ello le acarree dolor y sufrimiento, incomprensiones y ultrajes. El siervo será maltratado como le ha ocurrido a los profetas anteriores a él.
El siervo es aquel que sabe escuchar antes de transmitir la Palabra, al igual que el discípulo lo hace con el maestro que le enseña; pero esto no lo hace por voluntad propia, puesto que es Dios quien le ha abierto el oído.
Sin duda alguna, y desde una lectura cristiana, prefigura lo que le ocurrirá a Jesucristo en su pasión, muerte y resurrección. Cristo, fiel a la voluntad del Padre, también se entregó voluntariamente al dolor, al sufrimiento y a los ultrajes de los hombres. Llegó a la entrega total ofreciéndose por la salvación de todo el género humano. Pero, ya sabemos, que no se quedó todo en el sufrimiento, el dolor o la muerte, pues Jesucristo resucitó de entre los muertos al tercer día. Con lo cual, nos abrió a todos nosotros la puerta de la vida eterna.
CAMINO – MEDITACIÓN
- ¿Qué pasaje, versículo, frase o palabra te ha llamado la atención, te ha tocado el corazón? ¿Qué sentimientos despierta en ti? ¿Qué querrá decirte Dios, aquí y ahora, en este momento con ello?
- Dios también da a cada uno de nosotros la misión de transmitir su Palabra. Pero antes es necesario escuchar, ¿De qué manera te estás abriendo para escuchar su palabra durante esta Semana Santa?
- En muchas ocasiones ser testigos de Jesús nos traerá sufrimientos, dificultades, dolor, ¿estamos dispuestos a afrontar todo esto con la ayuda de Dios?
- ¿Eres consciente de que el dolor, el sufrimiento o la dificultad no tiene la última palabra? ¿Eres testigo de esperanza y resurrección en tu vida diaria?
VIDA – ORACIÓN
Salmo 69
2 Sálvame, Dios mío, que las aguas me llegan hasta el cuello;
3 me hundo en cenagal sin fondo y no puedo hacer pie; he llegado hasta el fondo del agua y me arrastra la corriente.
4 Estoy extenuado de gritar y totalmente ronco, mis ojos se han consumido de esperar a mi Dios.
[…]
7 Señor omnipotente, que yo no sea la vergüenza de los que en ti confían, que no sea el deshonor de los que a ti te buscan, oh Dios de Israel.
8 Por ti soporto los insultos y mi rostro se cubre de vergüenza,
[…]
14 Pero yo, Señor, te elevo mi plegaria, ésta es la hora en que me debes ser propicio; escúchame, Dios mío, por tu inmensa bondad, pues tú eres la verdadera salvación.
[…]
17 Respóndeme, Señor, pues tú eres todo bondad y amor, con tu inmensa piedad vuelve hacia mí tus ojos;
18 no retires el rostro de tu siervo, estoy muy angustiado, respóndeme deprisa.
19 Ven junto a mí, defiéndeme, líbrame de mis enemigos.
jueves, 25 de marzo de 2021
Nuevos Tiempos Nievas Soluciones
lunes, 22 de marzo de 2021
Comentario a las lecturas del Domingo V de Cuaresma (ciclo B) de nuestro colaborador Joan Palero (Valencia)
“ESCRIBIRÉ MI ALIANZA EN TU CORAZÓN” LECTIO DIVINA DE LA PRIMERA LECTURA – DOMINGO V DE CUARESMA (CICLO B)
VERDAD – LECTURA
Jeremías 31,31-34
31 Vienen días -dice el Señor- en que yo haré con la casa de Israel y la casa de Judá una alianza nueva. 32 No como la alianza que hice con sus padres cuando los tomé de la mano y los saqué del país de Egipto, alianza que ellos violaron, por lo cual los rechacé -dice el Señor-. 33 Ésta es la alianza que haré con la casa de Israel después de aquellos días -dice el Señor-: pondré mi ley en su interior, la escribiré en su corazón, y seré su Dios y ellos serán mi pueblo. 34 No tendrán ya que instruirse mutuamente, diciéndose unos a otros: “¡Conoced al Señor!”, pues todos me conocerán, desde el más pequeño al mayor -dice el Señor-, porque perdonaré su crimen y no me acordaré más de sus pecados.
Continuamos en estos domingos de cuaresma reflexionando y orando teniendo como tema principal la Alianza de Dios con su pueblo, que, al fin y al cabo, es la Alianza de Dios con cada uno de nosotros. En esta ocasión oramos con el libro del profeta Jeremías.
Jeremías es el modelo de fidelidad y entrega a la misión que Yahveh le encomienda.
El pasaje que hoy nos ocupa nos sitúa en la época de la deportación de Babilonia. Jerusalén ha sido conquistada por Nabucodonosor y Judá se ha convertido en una provincia más del imperio babilónico. La comunidad judía se ve obligada a huir a Egipto y Jeremías marcha con ella. En estas circunstancias de por si dolorosas, Jeremías transmite un mensaje de esperanza.
Yahveh va a establecer un nuevo pacto con su pueblo. Un pacto que no tendrá que ver nada con la ley, las normas, las reglas. Esta alianza estará basada en una unión esponsal: “pondré mi ley en su interior, la escribiré en su corazón, y seré su Dios y ellos serán mi pueblo”.
Allí en Egipto, en el desierto, Yahveh volverá a hablar a su pueblo y establecerá con él una alianza nueva. Una alianza nueva grabada en el corazón del ser humano.
Mediante esta alianza toda la humanidad conocerá al Señor Dios, pues Él ha mostrado misericordia con su pueblo, lo perdona y no recuerda más la ruptura de la alianza.
No podemos menos que poner nuestra mirada en la definitiva y eterna alianza establecida por Jesús con su pasión, muerte y resurrección. Una nueva alianza que será inscrita en nuestro corazón y que nos traerá la superación del mal, la vida eterna en plenitud, que ya comenzamos a vivir en nuestro desierto y exilio personal.
CAMINO – MEDITACIÓN
- ¿Qué pasaje, versículo, frase o palabra te ha llamado la atención, te ha tocado el corazón? ¿Qué sentimientos despierta en ti? ¿Qué querrá decirte Dios, aquí y ahora, en este momento con ello?
- Dios continua haciendo su alianza con su pueblo, estableciendo su alianza contigo, una alianza que graba en tu corazón, ¿cómo lo percibes?
- ¿De qué manera intentas ir conociendo mejor al Señor, para prepararte durante esta cuaresma para la Pascua?
- ¿Intentas descubrir la misión que Dios tiene para ti y eres fiel a ella?
- Guarda silencio, siente y acoge la misericordia que Dios derrama para ti y toda la humanidad.
VIDA – ORACIÓN
Salmo 105,1-10
1 Dad gracias al Señor, invocad su nombre, publicad entre los pueblos sus proezas;
2 cantad, entonad himnos en su honor, decid a las gentes sus milagros;
3 estad orgullosos de su santo nombre, alegraos los que buscáis al Señor.
4 Recurrid al Señor y a su poder, buscad siempre su rostro.
5 Recordad los milagros que hizo, sus prodigios y las leyes que salieron de su boca,
6 raza de Abrahán, su siervo, hijos de Jacob, su elegido.
7 El Señor es nuestro Dios, sus leyes rigen en el mundo entero.
8 Él se acuerda de su alianza eternamente, de la palabra dada, por mil generaciones;
9 del pacto que firmó con Abrahán, del juramento que hizo a Isaac,
10 y que erigió en ley para Jacob, y en pacto eterno para Israel.
¿Qué es el Amor sino sentir el alma agitada al saber que ha llegado la hora? Lectio Divina del V Domingo de Cuaresma –
VERDAD – LECTURA
Evangelio: Jn 12,20-33
En los evangelios de estos días, vemos cómo se acercan a Jesús los enfermos, endemoniados, fariseos, escribas, sumos sacerdotes, ancianos, etc. Pero esta noche son los griegos quienes se acercan a un amigo de Jesús: «Felipe, el de Betsaida de Galilea». Ellos habían llegado a celebrar la fiesta de la Pascua y querían ver a Jesús. «Felipe fue a decírselo a Andrés; y Andrés y Felipe fueron a decírselo a Jesús».
Al enterarse Jesús les dice: «Ha llegado la hora de que sea glorificado el Hijo del hombre». Se acerca su hora, la hora de la muerte. De ahí que se lo explique, como Él acostumbra, con ejemplos, con parábolas: «Si el grano de trigo no cae en tierra y muere, queda infecundo; pero si muere, da mucho fruto». Llega la hora de cumplir la voluntad del Padre e invita a Felipe y a Andrés a hacer lo mismo: «El que quiera servirme, que me siga, y donde esté yo, allí también estará mi servidor; a quien me sirva, el Padre lo honrará», porque «el que se ama a sí mismo, se pierde, y el que se aborrece a sí mismo en este mundo, se guardará para la vida eterna».
Una invitación que cuesta, que hace que el alma de Jesús esté «agitada», sin embargo dice: «Por esto he venido, para esta hora: Padre, glorifica tu nombre». Ante la dificultad, Jesús no se achica, se acerca al Padre, le pide, ora. Y el Padre responde con «una voz del cielo: Lo he glorificado y volveré a glorificarlo», aludiendo a su Resurrección. Pero el Padre no le responde al Hijo, sino que habla a todos los presentes, a «la gente que estaba allí» y que no entendía, por eso, unos decían «que había sido un trueno; otros decían que le había hablado un ángel».
Jesús es quien tiene que interpretarles la palabra del Padre, porque los presentes no han entendido; y tomando la palabra dijo: «Esta voz no ha venido por mí, sino por vosotros. Ahora va a ser juzgado el mundo; ahora el príncipe de este mundo va a ser echado fuera. Y cuando yo sea elevado sobre la tierra, atraeré a todos hacia mí».
El Hijo relata lo que va a ocurrir, anuncia «la muerte de que iba a morir» y el juicio al que será sometido el mundo, porque el «príncipe del mundo», el orgullo, la soberbia, la ira, el egoísmo, etc. «va a ser echado fuera». Con Jesús sólo existe el amor, por eso será «elevado sobre la tierra» y todos seremos atraídos hacia Él, porque el amor es quien mueve nuestros corazones. Existimos y nos movemos por el Amor. O… ¿no es cierto que el Amor nos hace sentir el alma agitada cuando sabemos que ha llegado la hora de encontrarnos con el Amado?
VERDAD – LECTURA
Evangelio: Jn 12,20-33
En los evangelios de estos días, vemos cómo se acercan a Jesús los enfermos, endemoniados, fariseos, escribas, sumos sacerdotes, ancianos, etc. Pero esta noche son los griegos quienes se acercan a un amigo de Jesús: «Felipe, el de Betsaida de Galilea». Ellos habían llegado a celebrar la fiesta de la Pascua y querían ver a Jesús. «Felipe fue a decírselo a Andrés; y Andrés y Felipe fueron a decírselo a Jesús».
Al enterarse Jesús les dice: «Ha llegado la hora de que sea glorificado el Hijo del hombre». Se acerca su hora, la hora de la muerte. De ahí que se lo explique, como Él acostumbra, con ejemplos, con parábolas: «Si el grano de trigo no cae en tierra y muere, queda infecundo; pero si muere, da mucho fruto». Llega la hora de cumplir la voluntad del Padre e invita a Felipe y a Andrés a hacer lo mismo: «El que quiera servirme, que me siga, y donde esté yo, allí también estará mi servidor; a quien me sirva, el Padre lo honrará», porque «el que se ama a sí mismo, se pierde, y el que se aborrece a sí mismo en este mundo, se guardará para la vida eterna».
Una invitación que cuesta, que hace que el alma de Jesús esté «agitada», sin embargo dice: «Por esto he venido, para esta hora: Padre, glorifica tu nombre». Ante la dificultad, Jesús no se achica, se acerca al Padre, le pide, ora. Y el Padre responde con «una voz del cielo: Lo he glorificado y volveré a glorificarlo», aludiendo a su Resurrección. Pero el Padre no le responde al Hijo, sino que habla a todos los presentes, a «la gente que estaba allí» y que no entendía, por eso, unos decían «que había sido un trueno; otros decían que le había hablado un ángel».
Jesús es quien tiene que interpretarles la palabra del Padre, porque los presentes no han entendido; y tomando la palabra dijo: «Esta voz no ha venido por mí, sino por vosotros. Ahora va a ser juzgado el mundo; ahora el príncipe de este mundo va a ser echado fuera. Y cuando yo sea elevado sobre la tierra, atraeré a todos hacia mí».
CAMINO – MEDITACIÓN
- ¿Qué pasaje, versículo, frase o palabra te ha tocado el corazón?
- ¿Qué entiendo yo por “la hora”?
- Jesús compara su muerte con un grano de trigo. ¿Entiendo la muerte como “dar fruto”?
- ¿Cuál es la voluntad de Dios para su Hijo?
- ¿Cuál es la voluntad de Dios para mí?
- ¿Qué es ser “servidor”?
- ¿No es más cómodo que me sirvan que servir?
- ¿Alguna vez he sentido mi alma agitada?
- ¿Qué agita mi alma?
- ¿Me dejo agitar por el Amor?
- Este evangelio, ¿me hace cambiar mi vida en algo?

VIDA – ORACIÓN
Qué duro debe ser, humanamente hablando, ver que la muerte llama a mi puerta. Tú mismo sentías tu alma agitada. Sin embargo, tienes claro que lo que has de hacer es cumplir la voluntad del Padre. A mí, como a la gente que te oía aquel día, me cuesta entender la voz del Padre, saber qué quiere decir con sus palabras, porque muchas veces, lo único que oigo son ruidos y no me paro a escucharle. Ayúdame, Señor, a abrir mi corazón al Amor del Padre que me habla, que me pide sólo que le ame, que te ame, que ame a quien me rodea. Enséñame a amar como Tú nos amas. Así sea.
sábado, 20 de marzo de 2021
Beato Lichtenberg, defensor de la vida
Beato Bernard Lichtenberg.
Nació en 1875 en Alemania.
Ordenado sacerdote en 1899. En la llegada del nazismo al poder en 1933 era el párroco de la diócesis de Santa Eduvigis en Berlín. En 1938 se convirtió en el segundo cargo eclesiástico de la misma sólo por debajo del obispo.
Se distinguió por su defensa a ultranza del valor de la vida humana, especialmente de los perseguidos por el régimen hitleriano
Tras la Noche de los Cristales en 1938 en los que se desató una furia incontrolable contra los no arios, en especial los judíos, Lichtenberg empezó a rezar en sus homilías por los perseguidos por el régimen, los judíos y los cristianos no arios, siendo calificado poco después por las SS como un "fanático" de la causa católica y oponente del nacional socialismo
Tras aquel progrom escribió
En el verano de 1941, August Graf von Galen, Obispo de Münster y conocido opositor al nazismo, protagonizó valientes sermones en público denunciando las prácticas criminales de la dictadura de Hitler. El 3 de agosto de 1941, Von Galen hizo un valiente sermón denunciando las prácticas de eutanasia del régimen nazi, calificándolas de asesinato y criticando el utilitarismo materialista con el que el nacional-socialismo justificaba esa monstruosidad:
“Ellos son personas, nuestros hermanos y hermanas, tal vez su vida no sea productiva, pero la productividad no es una justificación para matar. Si así lo fuera, todo el mundo temería inclusive acudir al doctor. El tejido social se vería afectado. Un régimen que puede salirse con la suya rompiendo el quinto mandamiento, puede destruir asimismo los otros mandamientos"
El 26 de agosto de 1941, Lichtenberg protestó en público contra la eutanasia de discapacitados físicos y mentales en Alemania: “mi alma sacerdotal está agobiada por mi complicidad en estos crímenes contra la moral y el derecho público. Aunque soy sólo una persona, todavía exijo, como ser humano, como cristiano, sacerdote y ciudadano alemán, una rendición de cuentas de usted, Sr. Líder Médico del Reich, por los crímenes que se están perpetrando bajo sus órdenes o con sus aprobación y que están provocando al Señor de la Vida y la Muerte para vengarse de la nación alemana”
El 26 de octubre de 1941 había preparado un sermón contra las políticas de eutanasia del régimen pero ya no pudo pronunciarlo. Las SS lo arrestaron y lo encarcelaron en la prisión de Tegel donde el obispo de Berlín pudo transmitirle un mensaje de ánimo del Papa Pio XII
La policía encontró en su casa documentos incriminatorios que explícitamente indicaban:
“…No os dejéis confundir por este pensamiento anticristiano, sino actuad según los preceptos de Jesucristo: «Amarás a tu prójimo como a ti mismo»”.
En 1943, conmovido por el sufrimiento de los presos judíos, pidió acompañarles al campo de concentración de Dachau rechazando ser liberado a cambio de su silencio. Poco después de su llegada sufrió una neumonía que le costó la vida, muriendo el 5 de noviembre de 1943
Su funeral se celebró en Berlín donde para estupor de las autoridades nazis fue acompañado por cuatro mil personas
San Juan Pablo II lo beatificó como mártir en junio de 1996
Yad Vashem lo consideró "Justo entre las Naciones" en 2004,considerando que:
"Años después de su muerte, el ejemplo de valentía y de humanismo del padre Lichtenberg todavía nos sacude y nos inspira, tanto a judíos como a no judíos, para que nunca perdamos la capacidad de indignarnos frente a la opresión y a la discriminación, sea cual fuere el colectivo perseguido, para que seamos capaces de sensibilizarnos ante la injusticia y la violencia, en especial, aquella que proviene del terrorismo de Estado, que suele anestesiar y paralizar a la sociedad, aislando y neutralizando a esos seres extraordinarios que, como Lichtenberg, en tales circunstancias, se convierten en un Faro en medio de la oscuridad."
En estos momentos en los que la vida humana parece tener tan poco valor, justo es recordar y encomendarnos al Beato Lichtenberg para que no perdamos nunca la percepción de lo que es objetivamente correcto y justo y actuemos en consecuencia
jueves, 18 de marzo de 2021
San José Un Hombre corriente
Este próximo viernes, 19 de marzo, Solemnidad de San José, os invitamos a la oración "San José, un hombre corriente", tanto en modalidad presencial como de forma on-line.
miércoles, 17 de marzo de 2021
Entrevista NURIA CALDUCH
miércoles, 10 de marzo de 2021
NURIA CALDUCH-BENAGES, SECRETARIO DE COMISIÓN BÍBLICA DE PONTIFICIA
lunes, 8 de marzo de 2021
EN EL DÍA INTERNACIONAL DE LA MUJER
EN EL DÍA INTERNACIONAL DE LA MUJER
La Iglesia no solo no tiene ningún problema en unirse en la jornada de hoy a la reivindicación de los derechos de todas las mujeres sino que, además, lo hace convencida que esa reivindicación es legítima, justa y necesaria.
Es más, junto a la necesaria reflexión de la realidad de la mujer en la sociedad, hoy también la Iglesia acentúa el examen de conciencia que estamos haciendo respecto de la participación de la mujer en la Iglesia. En ese sentido hoy es oportuno repasar algunas ideas del Papa Francisco en su exhortación programática “Evangelii Gaudium”.
El Papa reconoce los problemas, las reivindicaciones y la necesidad de afrontar tanto lo uno como lo otro: “Las reivindicaciones de los legítimos derechos de las mujeres, a partir de la firme convicción de que varón y mujer tienen la misma dignidad, plantean a la Iglesia profundas preguntas que la desafían y que no se pueden eludir superficialmente” (EG 104)
En ese “eludir superficialmente” cabe señalar a tantos que maltratan la cuestión con bromitas, chistes fáciles y dichos prehistóricos poco catalogables de culturales y mucho de energúmenos. No se deberían aducir nunca criterios históricos y culturales para justificar la opresión, el maltrato, la violencia, el menoscabo de la dignidad.
Así como el Papa Juan Pablo II, en nombre de toda la Iglesia, pidió perdón de graves errores de nuestra historia (cruzadas, inquisición, apoyo o silencio ante algunas dictaduras…), e igual que el Papa Francisco lo está haciendo respecto de cuestiones morales y sociales importantes (permisivismo ante la esclavitud, poca preocupación del cuidado de la Casa Común…), también hoy la Iglesia se examina sobre el espacio que la mujer ocupa y debe ocupar en la Iglesia.
Dice el Papa: “Todavía es necesario ampliar los espacios para una presencia femenina más incisiva en la Iglesia” (EG 103). Y apunta certeramente cual es el gran error que nos ha llevado por la senda equivocada: “Se identifica demasiado la potestad sacramental con el poder. No hay que olvidar que cuando hablamos de la potestad sacerdotal «nos encontramos en el ámbito de la función, no de la dignidad ni de la santidad». El sacerdocio ministerial es uno de los medios que Jesús utiliza al servicio de su pueblo, pero la gran dignidad viene del Bautismo, que es accesible a todos”.
En la Iglesia no podemos compartir de ningún modo el modelo que pretende apedrear a la mujer adúltera del Cuarto Evangelio mientras el hombre necesario para ese adulterio se va “de rositas”. Nuestro modelo es el del reconocimiento de la enorme dignidad y servicio de María, la Madre de Jesús, o de María Magdalena, Apóstol de los Apóstoles.
Nos sumamos al mensaje de twitter de hoy del Cardenal Omella: “Hoy, Día Internacional de la Mujer, recordamos a la Virgen María, madre, esposa, trabajadora y emprendedora. Valiente y adelantada a su tiempo, es un modelo a seguir que elevó la dignidad de las mujeres”.
Dice el Papa Francisco en Evangelii Gaudium: “Aquí hay un gran desafío para los pastores y para los teólogos, que podrían ayudar a reconocer mejor lo que esto implica con respecto al posible lugar de la mujer allí donde se toman decisiones importantes, en los diversos ámbitos de la Iglesia”.
Compartimos, pues, la petición que se intensifique el estudio y trabajo que otorguen a la mujer el espacio al que tienen derecho cómo bautizadas. No debemos ni podemos renunciar a su aportación “allí donde se toman decisiones importantes”.
Por el respeto a la dignidad de todas las mujeres oramos diciendo:
Dios te salve María
Llena eres de gracia
El Señor es contigo
Bendita tú eres entre todas la mujeres
Y bendito es el fruto de tu vientre Jesús
Quique Fernández
Coordinador de Escuela de Animación Bíblica
domingo, 7 de marzo de 2021
Lecturas del Domingo III de Cuaresma
Comentario a las lecturas del Domingo III de Cuaresma (Ciclo B) de nuestro colaborador Joan Palero (Valencia)
Domingo, 7 de marzo de 2021
3º Cuaresma (Ciclo B)
En la primera lectura: Éxodo 20,1-17, se desprende que, el poder y la autoridad de las palabras reside en los hechos evidentes de quien las pronuncia. El Señor, después de haber liberado a su pueblo con hechos portentosos, se dirige a Israel con palabras de autoridad: Yo soy el Señor, tu Dios, QUE TE SAQUÉ de Egipto, de la esclavitud.
La historia de la salvación, al igual que la historia de la creación, es iniciativa y obra de Dios. El Señor no es de realizar las cosas en momento, sino con tiempo y a través de un proceso. El éxodo, la salida de Israel hacia la liberación a través del paso del Mar Rojo, es el comienzo, el principio de una historia de continuidad a través del tiempo. Liberados de la esclavitud de los egipcios, a través de su camino por el desierto, el pueblo entra en el proceso de descubrir y afrontar su propia naturaleza y realidad. Dios les ha hecho libres de la esclavitud de faraón, ahora, a través de las Palabras que Dios les dirige, han de ir descubriendo el tipo de esclavitud a la que aún siguen atados: la de sus propios deseos e ideas interesadas.
Los hijos de los esclavos nacen y son esclavos, y Dios no quiere un pueblo esclavo, ni de de faraón ni de sí mismos. La Palabra de Verdad les muestra un nuevo camino hacia la verdadera libertad. Una libertad en la que ya no conjugarán los verbos de sus acciones con el “YO” como primera persona. Conjugar la vida teniendo a Dios como el Todo y el Primero, hace tratar al otro con respeto y consideración, aun por encima de uno mismo.
Esta Ley es el culto que Dios pide, por encima de todo, a su pueblo, y que desemboca en un culto a lo divino demostrado en el amor al prójimo y a todo lo creado. Una Ley escrita por el dedo de Dios en tablas de piedra, pero que ha de ser escrita y encarnada por el Espíritu en los corazones, para que ser una Ley viva y tenga el efecto deseado por Dios.
R/ “Señor, tú tienes palabras de vida eterna.” (Sal 18)
El primer requisito hacia la libertad es que le tengan a Él como único y todo suficiente Dios: No tendrás otros dioses frente a mí.
El salmista lo expresa muy bien con vida y palabras: ¿A quién tengo en los cielos sino a ti? y fuera de ti nada más quiero en la tierra. (Salmo 73, 25-26) También santa Teresa, siglos más tarde, vive lo que Dios ha escrito en su corazón: Sólo Dios Basta.
Lo más importante no es lo que vivieron y escribieron las personas del pasado, sino cómo se vive y se escribe hoy esa Ley. Si con vidas de plena satisfacción en Dios, o, por el contrario, con ideas y palabras acerca de un dios que, lejos de satisfacer plenamente al hombre, le sirve y le lleva a monopolizar a Dios y a buscar sus anhelos poniendo precio y condiciones interesadas a todo lo que, por ser recibido y santo, es y ha de ser gratuito. El “paganismo”, como la misma raíz de la palabra indica, da nombre a la religiosidad de mercado, es decir, a la que por no ser de Dios, es “de pago” .
Segundo requisito: "No pronunciarás el nombre del Señor, tu Dios, en falso. Porque no dejará el Señor impune a quien pronuncie su nombre en falso.”*
Jesús, expresión máxima del Amor desinteresado de Dios, revela a Dios como “Padre Nuestro”, enseñando a los hombres a vivir y orar como hermanos que buscan en primer lugar que el Nombre de Dios sea Santificado. Pero todo dependerá del tipo de fe y de la escala de valores de cada corazón. San Agustín escribe: “Si quieres conocer a una persona, no le preguntes lo que piensa sino lo que ama.”
No creo que el evangelio de este domingo necesite comentarios, habla demasiado claro por sí mismo. Personalmente, un servidor se queda con sus palabras finales: “…muchos creyeron en su nombre, viendo los signos que hacía; pero Jesús no se confiaba con ellos, porque los conocía a todos y no necesitaba el testimonio de nadie sobre un hombre, porque él sabía lo que hay dentro de cada hombre.”
Me pregunto si, como persona creyente, soy libre de mí mismo y de fiar.
Jesús, por encima de los defectos y debilidades, también sabe ver la parte buena de las personas. Cuando vio a Natanael (Bartolomé), pudo afirmar: «Ahí tenéis a un israelita de verdad, en quien no hay engaño.» (Jn 1, 47) Un auténtico “Regalo de Dios”, como mismo nombre significa. Una persona libre y transparente, sin recovecos ni escondites. Un ladero de refuerzo, un amigo en el mismo camino de Jesús. Un hombre que no obra a cambio de intereses personales, que no está entre los que buscan un lugar privilegiado en el Reino. Un santo más, que, por sentirse plenamente satisfecho con Jesús, se siente deudor ante tanto amor de parte de Dios, y deudor para con la humanidad.
Joan Palero
“HOY PRONUNCIO ESTAS PALABRAS” LECTIO DIVINA DE LA PRIMERA LECTURA – DOMINGO III DE CUARESMA (CICLO B) VERDAD – LECTURA
Gén 22,1-2.9a.10-13.15-18
1 Dios pronunció todas estas palabras:
2 “Yo soy el Señor, tu Dios, el que te sacó de Egipto, de la casa de la esclavitud. 3 No tendrás otro Dios fuera de mí. 4 No te harás escultura ni imagen alguna de lo que hay arriba en el cielo, o aquí abajo en la tierra o en el agua bajo tierra. 5 No te postrarás ante ella ni le darás culto, porque yo, el Señor, tu Dios, soy un Dios celoso, que castigo la iniquidad del padre en los hijos hasta la tercera y cuarta generación de los que me aborrecen, 6 pero demuestro mi fidelidad por mil generaciones a todos los que me aman y guardan mis mandamientos.
7 No tomarás el nombre del Señor en vano, porque el Señor no dejará sin castigo al que toma su nombre en vano.
8 Acuérdate del día del sábado para santificarlo. 9 Seis días trabajarás y en ellos harás todas tus faenas; 10 pero el séptimo día es día de descanso en honor del Señor, tu Dios. No harás en él trabajo alguno ni tú, ni tu hijo, ni tu hija, ni tu siervo, ni tu sierva, ni tu ganado, ni el extranjero que habita contigo. 11 Porque en seis días hizo el Señor los cielos y la tierra, el mar y cuanto hay en ellos, y el séptimo descansó. Por ello bendijo el Señor el día del sábado y lo santificó.
12 Honra a tu padre y a tu madre para que tus días se alarguen sobre la tierra que el Señor, tu Dios, te da.
13 No matarás.
14 No cometerás adulterio.
15 No robarás.
16 No darás falso testimonio contra tu prójimo.
17 No desearás la casa de tu prójimo, ni su mujer, ni su siervo, ni su sierva, ni su buey, ni su asno, ni cosa alguna que a él le pertenezca”.
Meditamos y oramos hoy con el comienzo del capítulo 20 del libro del Éxodo. Aquí nos encontramos con los llamados diez mandamientos, que en hebreo se denominan “las diez palabras”.
Con estas “diez palabras” Yahveh quiere sellar la Alianza que establece con su pueblo elegido, con Israel.
Aquí Yahveh se rebela como el Dios de Israel, un Dios que cuida de su pueblo: lo sacó de la casa de la esclavitud; un Dios único; un Dios celoso, pero al mismo tiempo amoroso y fiel, como lo es el esposo con la esposa.
Siempre que me llamado la atención que de estas “diez palabras”, tres están relacionadas con Dios y siete están relacionadas con el prójimo. Por lo que Yahveh no quiere darnos únicamente pautas para relacionarnos con Él, sino también pautas para que nos relacionemos con nuestros hermanos de una manera más satisfactoria y alcancemos así la felicidad.
Estas “diez palabras” ofrecidas al Pueblo de Israel por parte de Dios en el Monte Sinaí, son un resumen de toda la Ley, de todas las normas, de todos los preceptos con los que podamos regular nuestras relaciones, tanto con Dios como con el prójimo.
Sería muy interesante poder comentar cada una de estas “diez palabras”, lo cual nos llevaría algún tiempo, no lo vamos a hacer, porque lo más importante ahora es que oremos con el texto, no que lo desentrañemos en toda su amplitud.
Lo más importante es que estas “diez palabras” son el reflejo del amor que Dios nos tiene a toda la humanidad y nosotros hemos de responder a ese amor de Dios, aceptando, acogiendo y adhiriéndonos a esta Alianza.
El culmen de los Diez Mandamientos, sin duda, se encuentran en Jesucristo, que resumió toda la Ley en el mandamiento del amor: “Amarás a Dios sobre todas las cosas y al prójimo como a ti mismo”.
CAMINO – MEDITACIÓN

- ¿Qué pasaje, versículo, frase o palabra te ha llamado la atención, te ha tocado el corazón? ¿Qué sentimientos despierta en ti? ¿Qué querrá decirte Dios, aquí y ahora, en este momento con ello?
- ¿Qué imagen tienes de Dios? ¿Un Dios vengativo y castigador? ¿Un Dios bonachón y permisivo? ¿Un Dios tapagujeros? ¿O un Dios Padre amoroso y misericordioso, que en ocasiones tiene que mostrarse severo, pero que nos cuida con amor?
- Medita cada una de las “diez palabras” y tómale el pulso a la respuesta que das a Dios y a tu hermano, respecto a cada una de ellas.
- ¿Aceptas, acoges y te adhieres a esta Alianza que Dios también hoy quiere establecer contigo?
- Acoge e intenta llevar a la práctica sobre todo el mandamiento del amor que nos dejó Jesucristo como distintivo del cristiano.
VIDA – ORACIÓN
Salmo 136
1 Dad gracias al Señor, porque es bueno, porque es eterno su amor; 2 dad gracias al Dios de los dioses, porque es eterno su amor; 3 dad gracias al Señor de los señores, porque es eterno su amor.
4 Sólo él ha hecho grandes maravillas, porque es eterno su amor. 5 Él hizo los cielos con sabiduría, porque es eterno su amor. 6 Él afirmó la tierra sobre las aguas, porque es eterno su amor.
7 Él hizo las lumbreras grandes, porque es eterno su amor: 8 el sol para presidir el día, porque es eterno su amor; 9 la luna y las estrellas para presidir la noche, porque es eterno su amor.
10 Él hirió de muerte a los primogénitos de Egipto, porque es eterno su amor: 11 sacó de allí a Israel, porque es eterno su amor; 12 con brazo extendido y mano fuerte porque es eterno su amor. 13 Él dividió en dos partes el mar Rojo, porque es eterno su amor; 14 e hizo que Israel pasara por en medio, porque es eterno su amor; 15 él hundió en el mar Rojo al Faraón y a su ejército, porque es eterno su amor. 16 Él guio a su pueblo a través del desierto, porque es eterno su amor; 17 hirió de muerte a grandes reyes, porque es eterno su amor; 18 quitó la vida a reyes poderosos, porque es eterno su amor; 19 a Sijón, rey de los amorreos, porque es eterno su amor; 20 y a Og, rey de Basán, porque es eterno su amor; 21 y dio sus tierras en herencia, porque es eterno su amor; 22 en herencia a su siervo Israel, porque es eterno su amor.
23 Él se acordó de nosotros en nuestra humillación, porque es eterno su amor; 24 y nos libró de nuestros enemigos, porque es eterno su amor. 25 Él da de comer a todas las criaturas, porque es eterno su amor.
26 Dad gracias al Dios del cielo, porque es eterno su amor.